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Un año sin Néstor Kirchner: homenajes en todo el país
El ex presidente despertó grandes pasiones y marcó a fuego la política argentina. El kirchnerismo y las organizaciones sociales lo recordaron con distintos actos y una marcha de antorchas
27 de octubre de 2011
Se cumple un año de la muerte de Néstor Kirchner, un líder que marcó a fuego la política argentina, consolidó un modelo económico y social que buscó transformar la estructura del país y logró recomponer la autoridad presidencial tras la debacle del 2001.

Kirchner despertó grandes pasiones y controversias, y logró construir un gobierno que concluyó con alto nivel de popularidad, que luego fue continuado por su esposa, Cristina Fernández, quien acaba de ser reelecta para un segundo mandato con el 54 por ciento de los votos, uno de los niveles de adhesión más altos de la historia argentina.

En la intimidad, Cristina Fernández y sus hijos Máximo y Florencia le rindieron homenaje en Río Gallegos.

Acompañada también por su cuñada, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, la jefa de Estado se dirigió hacia el panteón familiar del cementerio de esta ciudad, para el traslado del féretro con los restos de Kirchner hacia el mausoleo donde descansarán definitivamente, junto a los de su padre, llamado también Néstor Kirchner.

En la ceremonia participó Ofelia Giselle Wilhelm, la madre de la jefa de Estado, como así también María Cristina, la hermana menor de los Kirchner.

El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien hace un año acompañó a Cristina Kirchner desde los primeros momentos del fallecimiento de su esposo, hoy participa de la "intimidad" de los actos, como así también el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, además de Juan Manuel Abal Medina.

La Cámpora, representada por Juan Cabandié y Mariano Recalde, participa de la ceremonia, acompañando a Máximo Kirchner, quien lidera la organización de jóvenes kirchneristas.

La ceremonia, tal como lo anticipó la Secretaría General de la Presidencia, se realiza en un contexto "íntimo y estrictamente familiar".

En tanto, a partir de las 14:00, se permitirá el ingreso al cementerio municipal de Río Gallegos de las personas que quieran rendir su homenaje al ex jefe de Estado.

La dirigente del movimiento social Tupac Amaru, Milagro Sala, desde temprano se encuentra en la puerta del cementerio, acompañada por dirigentes de su organización esperando que se habilite el ingreso para rendir homenaje a Kirchner.

Kirchner había llegado a la Presidencia en circunstancias excepcionales en 2003. El país empezaba a recuperarse de la enorme crisis económica, política y social de 2001 y 2002. Todavía sonaba el "que se vayan todos", el peso se había devaluado alrededor de un 60 por ciento y Eduardo Duhalde –presidente por decisión del Congreso- había tenido que adelantar las elecciones tras el asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Kirchner terminó segundo en los comicios del 2003, pero como el ex presidente Carlos Menem evitó el balotaje en el que se sabía perdedor, el ex intendente de Río Gallegos y tres veces gobernador de Santa Cruz llegó a la Casa Rosada con sólo el 22 por ciento de los votos que había sacado en primera vuelta.

Primero apoyado por Duhalde (los años y las diferencias los transformaron en enemigos) y acompañado durante toda su gestión por un alto crecimiento económico, Kirchner se apuró a tomar una serie de medidas que alejaran el fantasma de ese 22 por ciento: sobre todo, presionó por la renovación de la Corte Suprema, encaró la renegociación de la deuda externa en default, se alió con distintos sectores políticos –organizaciones sociales y dirigentes de otros partidos- y centró su discurso en el acompañamiento a los renovados reclamos para que fueran juzgados los crímenes de la dictadura, con gestos grandilocuentes y de fuerte contenido simbólico como cuando ordenó descolgar el cuadro de Jorge Rafael Videla que permanecía en el Colegio Militar.

Durante su presidencia repitió muchas veces que pretendía sacar al país "del infierno". La ventaja cambiaria post devaluación y la utilización de la capacidad instalada ociosa que había dejado la crisis fue acompañada por uno de los mejores períodos de la historia para los precios de las exportaciones argentinas. Con ese impulso, y teniendo a los superávits gemelos (comercial y fiscal) como piedras angulares, Kirchner cobró el rédito político del crecimiento a tasas chinas que el país experimentó casi ininterrumpidamente durante su Gobierno y el de Cristina; máxime dado que desde que forzó la renuncia de Roberto Lavagna al Ministerio de Economía, él mismo se convirtió, motu propio, en una especie de supraministro del área, uno de los roles que siguió ocupando hasta su muerte.

Su Frente para la Victoria (FPV) fue primera minoría en las legislativas del 2005, y su esposa logró un claro triunfo en las presidenciales de 2007, con un 45,29% que le evitó el balotaje.

Por entonces habían comenzado las primeras apariciones de la militancia juvenil de La Cámpora y los pingüinos inflables, aunque la lógica de "amigo-enemigo" que Kirchner cultivaría casi con furia durante sus últimos años recién se esbozaba, lejos de la crispación que alcanzó en 2008 con el conflicto del campo por el aumento a las retenciones –cuando vinculó a los líderes de la protesta agropecuaria con la dictadura- la estrategia de la crispación ya no se detendría.

En el Gobierno de Cristina, él siguió siendo un conductor central: asumió la presidencia del PJ, tomaba las decisiones económicas día a día, era el jefe político de hecho de gobernadores, intendentes, organizaciones sociales y dirigentes gremiales, y hasta hizo un amague de meterse en la arena internacional al asumir como titular de la UNASUR. Tanto siguió siendo el gran decisor que su muerte abrió signos de interrogación en torno a muchos de esos aspectos.

En 2009 sobrevino la derrota. Al frente de la campaña por las legislativas que se recordaran por las famosas "testimoniales" (listas con candidatos que nunca asumirían en caso de ganar), Kirchner perdió frente a Francisco De Narváez la pelea electoral por entrar en la Cámara de Diputados, en el distrito que define la política nacional, la provincia de Buenos Aires.