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19 de abril de 2024
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España con crecimiento cero en tercer trimestre
La economía española sigue mostrando signos de estancamiento, y en el tercer trimestre del año sus números dejaron en claro la cruda realidad. Apenas se registró un "avance" del 0,2%
31 de octubre de 2011
La economía española registró una tasa de variación intertrimestral nula durante el tercer trimestre del año, frente al avance del 0,2% del trimestre anterior, y creció un 0,7% en tasa interanual, igual que en el trimestre precedente, según el último boletín económico del Banco de España.

El instituto emisor destaca que durante el tercer trimestre ha continuado el "debilitamiento" de la economía, en un entorno marcado por el "agravamiento" de la crisis de deuda soberana de la zona euro, aunque indica que es preciso tomar estas previsiones con "más cautela de lo habitual" por las diferencias estadísticas que pueden surgir con el cambio de base de la Contabilidad Nacional.

La demanda interna habría experimentado un nuevo retroceso en el tercer trimestre, con una aportación negativa del 0,8%, reflejando la contracción de los componentes públicos del gasto y la trayectoria todavía descendente de la inversión residencial, mientras que el consumo de los hogares y la inversión empresarial mostraron pequeños avances.

En cambio, la demanda exterior neta se mantuvo como principal soporte de la economía y amplió su contribución al crecimiento del PIB, hasta el 0,8%, debido al dinamismo de las exportaciones de bienes y del turismo, si bien las perspectivas para el último tramo del año han empeorado, dice el Banco de España, por la desaceleración de la economía mundial.

En concreto, indica que las decisiones de gasto de las familias mostraron en conjunto un "tono de debilidad", y estima que el consumo de los hogares habría experimentado un pequeño repunte en tasa intertrimestral (del 0,1%), en un entorno marcado por la desfavorable evolución del mercado laboral, la acusada incertidumbre, la pérdida de poder adquisitivo por la elevada tasa de inflación y la caída del valor de la riqueza, tanto del componente financiero como del inmobiliario.

La inversión residencial, por su parte, se contrajo a una magnitud similar a la del trimestre prev en términos de tasa intertrimestral, con lo que la ratio de inversión residencial sobre el PIB se habría reducido en torno a cinco puntos porcentuales desde su nivel máximo de 2007. Además, la demanda de activos residenciales siguió mostrando una senda descendente.