Entrevistada en Trípoli por una enviada del diario francés Le Monde, Safia, la "esclava sexual" del fallecido líder libio, Muammar Khadafi, relató su secuestro cuando tenía sólo 15 años por guardias del régimen y su cautiverio en la residencia oficial.

"Muammar Khadafy arruinó mi vida", confesó.

La joven, que hoy tiene 22 años, dio su testimonio al diario francés conservando el anonimato. "Muammar Khadafy arruinó mi vida". Safia -un nombre de fantasía que le da la reportera- conoció al líder libio en Sirte, su ciudad natal. Ella y su familia se habían instalado allí cuando Safia tenía apenas 9 años.

Hoy, ella dice que hubiese preferido verlo ante los tribunales y no muerto. "Me preparaba para enfrentarlo y preguntarle, cara a cara: ¿por qué? ¿Por qué me hiciste esto? ¿Por qué me violaste? ¿Por qué me gopeaste, drogaste e insultaste ? ¿Por qué me enseñaste a beber, a fumar ? ¿Por qué me robaste la vida ?"

En el 2004, cuando la joven tenía 15 años, fue seleccionada, entre sus compañeras de liceo, para entregar un ramo de flores al "Guía" que visitaría su escuela. "Era una gran honor. Yo lo llamaba 'papá Muammar' y tenía la piel de gallina".

Pero lo que iba a ser una fiesta fue el inicio de una larga pesadilla, un suplicio que duró 5 años. Safia contó a la enviada de Le Monde que, al día siguiente, tres mujeres uniformadas se presentaron en la peluquería de su madre y le dijeron: "Muammar quiere verte, desea entregarte unos regalos". Ella aceptó, sin desconfiar. La llevaron a la carpa del coronel instalada en el desierto, donde Khadafy la interrogó sobre su familia y su situación económica, para luego proponerle que se quedara a vivir con ella. "Tendrás todo lo que quieras, casas, autos...", le prometió.

Desoncertada, Safia esbozó una negativa, que no fue escuchada. La muchacha fue puesta en manos de asistentes del líder que la prepararon para sus futuros deberes: bailar, desvestirse. Pocos días después, ya de regreso en su palacio de Trípoli, Khadafy la violó. Un episodio que se repitió con regularidad desde entonces, hasta que él la fue dejando por otras favoritas. "Me convertí en su esclava sexual. Me violó durante cinco años".

En total, una veintena de jóvenes, la mayoría de entre 18 y 19 años, viven en el palacio en esas condiciones. Un harén, regenteado por las tres uniformadas que habían secuestrado a Safia.

Con el tiempo, la muchacha fue autorizada a recibir breves visitas de su madre y, finalmente, a regresar por unos días a su casa. Fue en una de esas salidas, que aprovechó para fugarse, primero a Francia, luego a Túnez, desde donde finalmente regresará a una Libia en rebelión.

Durante su cautiverio, Safia fue testigo de las fiestas que Khadafy organizaba en honor a sus visitantes, siempre con la presencia de "modelos" invitadas, tanto libias como extranjeras.