La policía uruguaya investiga un duro y curioso atentado que sufrió la esposa del entrenador de la selección uruguaya, Oscar Washington Tabárez.

Fue en la tarde del sábado cerca de su casa, cuando dos personas le tiraron en la cara y en el cuerpo un líquido inflamable que le produjo quemaduras severas.

La mujer, de 61 años, volvió a su casa con la ropa quemada y reclamó auxilio, sin que antes la pudiera ayudar alguien en la calle. El propio DT celeste la ayudó a entrar al hogar y llamó a la emergencia médica.

No le robaron ni intentaron hacerlo. Desde una moto le tiraron ese liquido muy de cerca, porque esperaron estar a su lado para concretar su atentado. El hecho se produjo en el residencial barrio Carrasco, cuando en la tarde la esposa de Tabárez salió sola de su casa hacia un centro comercial. Para cruzar una calle esperó que pasara una moto, pero el conductor de ese vehículo y el acompañante la sorprendieron.

La asistió una emergencia médica que la trasladó a un sanatorio privado. Los médicos constataron quemaduras en brazos y rostro y la dejaron internada en sala de tratamiento intensivo.

Las características del caso removieron una situación compleja que se dio meses atrás en la familia de Tabarez, cuando una empleada doméstica fue procesada por quedarse con dinero de la cuenta bancaria familiar por un monto cercano a medio millón de dólares.
La joven fue liberada hace pocos días y luego de admitir el robo y haber sido procesada, cambió su declaración para decir que los retiros tenían el aval del entrenador celeste, debido a una supuesta relación entre ambos.

El atentado sufrido por la esposa de Tabárez llevó a creer entre los investigadores que lo de ayer pueda tener alguna conexión con ese caso judicial.

La liberación de la ex empleada se dio por los plazos judiciales del procesamiento, aunque la investigación del juez continúa ya que no hubo condena final.

La mujer admitió en primera instancia el robo que fue realizado durante mucho tiempo con retiros diarios, y reconoció que para no dejar pruebas, destruía los estados de cuenta que llegaban al domicilio de la familia Tabarez.

Pero tiempo después, mientras cumplía prisión, contó otra historia con referencia a una supuesta relación paralela del entrenador de fútbol y dijo que poseía mensajes de texto en su teléfono celular, que probaban sus dichos.

Hasta ahora no hubo un careo entre la ex empleada doméstica y el entrenador, pero en el juzgado del caso se ha mencionado que eso podría realizarse próximamente.