En un recinto colmado de legisladores y funcionarios del gobierno de la ciudad, bajo la atenta mirada de su mujer, Juliana Awada; con María Eugenia Vidal de impecable blanco a su lado, Mauricio Macri asumió su segundo mandato al frente del Poder Ejecutivo porteño.

Macri reconoció varios logros de su primera gestión haciendo centro en salud y educación y el fortlecimiento de la Policía Metropolitana, planteó nuevo desafíos y reconoció "un error".

Sobre este punto aclaró: "

el líder de Pro habló de un "error" que tuvo en el primer mandato. "Hemos entendido que la visión meramente eficientista no es la visión correcta. El verdadero valor de un gobierno es mejorar la vida de los ciudadanos, si ayuda a las personas a crecer", dijo.

"Jugar a que somos perfectos e infalibles es vivir en la mentira. La discrepancia en el campo de las ideas no debe llevar al enfrentamiento personal", deslizó.

Después, pidió "mecanismos de concertación que garanticen la paz social" a políticos, empresarios y sindicalistas.

Cuando se dirigió a Oscar Moscariello, vicepresidente primero de la Legislatura a cargo de la presidencia, Macri mencionó que el flamante vicepresidente de Boca Juniors. Lo aplaudieron.

Tras la jura, Macri leyó su discurso, que fue corto y con un tono conciliador. Habló de "orgullo y felicidad". Hizo hincapié en "las nuevas generaciones" y pidió darles poder de decisión. Se trabó cuando pidió no judicializar la política y no politizar la justicia. Fue aplaudido cuando pidió que no haya "imposiciones y sometimiento".

Después, planteó "cuatro desafíos" para los próximos años y reconoció "un error" que tuvo en su primer mandato.

En orden, el jefe de gobierno porteño habló de la cuestión ambiental, la educación, la seguridad y la cultura. "La cuestión ambiental ha dejado de ser una opción. No debe haber proyecto en la ciudad que no tenga en cuenta esta realidad abrumadora", dijo. Además, agregó que está "íntimamente comprometido con la causa verde" y anticipó que imagina "una Buenos Aires 2015 llena de bicicletas". Sin embargo, no mencionó al Riachuelo.

En segundo lugar, Macri habló de la educación y de la salud. Sostuvo que son dos "pilares" de su gestión. Ubicó a la seguridad en el tercer lugar en su escala de "desafíos" para los próximos años. Anticipó que va a ampliar la cantidad de cámaras de seguridad, que "apuntará al fortalecimiento" de la Policía Metropolitana y que tratará de impulsar que "la inseguridad se incluya en la agenda de trabajo de la ciudad, la Nación y la provincia [de Buenos Aires]".

Finalmente, Macri mencionó a la "cultura" e inmediatamente recordó que la ciudad de Buenos Aires, en el último año, fue visitada por 10 millones de turistas.