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2 de mayo de 2024
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Cristina salió a frenar "internas" en Economía
Reunió en Olivos a Lorenzino, Moreno, Giorgi y Kicillof. Les dijo que no quiere que haya choques ni internas en esa área. Fue una reunión amena pero con firmeza
19 de diciembre de 2011
El domingo 11, el día posterior a reasumir, la presidenta Cristina Kirchner reunió en la residencia de Olivos a todo el equipo económico y le pidió más "coordinación" y "menos histeria" para que no hubiera choques entre el ministro de Economía, Hernán Lorenzino; su par de Industria, Débora Giorgi, y el "supersecretario" de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Además de esos tres funcionarios participaron del encuentro las segundas líneas. Estuvieron la flamante secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, que responde al fortalecido Moreno; el secretario de Política Económica, Axel Kicillof, y su nuevo su apadrinado subsecretario de Competitividad, Augusto Costa.

Pero también asistieron el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, y el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, ambos con importantes cuotas de autonomía en el equipo económico.

Según confiaron fuentes oficiales, la Presidenta temió que las responsabilidades de unos y otros se superpusieran. Por ejemplo, Giorgi fundó la nueva Secretaría de Planeamiento Estratégico Industrial, que dirigirá Javier Rando para avanzar en el Plan Industrial 2020. Podría tener competencias similares a la de Competitividad, de Augusto Costa.

Sin embargo, en la Casa Rosada aseguran que Rando y Costa se conocían de antes y "trabajan juntos y coordinadamente desde el primer día". También Giorgi podría chocar con Moreno, luego de que éste absorbió nuevas funciones en el control de las importaciones.

En esa reunión de Olivos, alrededor de la larga mesa de la Sala de Situación, Cristina Kirchner sorprendió cuando les dijo a sus colaboradores: "No quiero histerias".

Y les pidió: "Mucha coordinación entre todos ustedes". Aseguró que "nadie puede quedar afuera de las decisiones". Era un mensaje para Moreno, que suele pasar por encima de otros ministros, según interpretaron en los despachos del poder. Sin embargo, durante la semana el "supersecretario" siguió actuando como de costumbre y en todas las reuniones conjuntas fue el que más habló.

La Presidenta fue muy enfática en su pedido para evitar roces internos derivados de las previsibles ansias de Moreno por controlar con mano dura el ingreso de productos al país para cuidar los dólares del Banco Central. "Tienen que coordinar todo. Si hay discrepancias entre ustedes, me llaman a mí. Yo decido. Que nadie se corte solo", señaló Cristina Kirchner para evitar futuras situaciones enojosas.