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2 de mayo de 2024
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Los grandes gremios, molestos con Moyano
Los sindicalistas le exigen evitar una ruptura definitiva con el Gobierno. Le reclaman bajar el tono de confrontación y recomponer el diálogo
26 de diciembre de 2011
Los prinicpales referentes sindicales ya comenzaron a mostrar su preocupación por la embestida del jefe de la CGT, Hugo Moyano, contra el Ejecutivo Nacional. Lejos de su aspiración de encolumnar a las más diversas expresiones sindicales, el discurso del líder camionero terminó profundizando esas divisiones y sumando la disidencia de varios de sus aliados, que reprochan el tono de confrontación con la Casa Rosada.


"Hay un error de cálculo, no es momento de dar ninguna pelea contra la Presidenta", admitió un importante referente de la central obrera históricamente ligado al moyanismo, en diálogo con El Cronista.



El propio camionero palpó la semana pasada la preocupación interna que generó su actitud y convocará en los próximos días a un encuentro de la denominada mesa chica cegetista, que integran dirigentes de los diferentes sectores gremiales, en un intento por tranquilizar la situación. Moyano sabe que tendrá que escuchar allí la recomendación del grupo de los "independientes" y de algunos de sus aliados para bajar el tono del enfrentamiento público con la presidenta Cristina Fernández y tratar de recomponer algún canal de diálogo con el Gobierno.


"Con los reclamos hay consenso, pero la mejor forma de plantearlos es a través del diálogo. La confrontación no le sirve a nadie", advirtió otro dirigente acerca de la propuesta que llevará a la reunión con el camionero, que se concretará entre esta semana y la próxima.


El malestar interno con la postura de Moyano surgió apenas el camionero terminó de pronunciar su durísimo discurso en el multitudinario acto en el estadio de Huracán. Pero con el correr de los días y a medida que el líder cegetista ahondó en su tono confrontativo hacia el Ejecutivo, las críticas puertas adentro de la entidad se multiplicaron y terminaron convirtiéndose en una olla de presión para el propio Moyano.


Es que a las quejas iniciales del grupo de independientes, que integran los dirigentes Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (Upcn) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), se sumaron los cuestionamientos de varios referentes del moyanismo, como el caso de Omar Viviani (taxistas), que quedaron descolocados con la dureza de la embestida del camionero hacia la Casa Rosada. También desde el sector de los "gordos" (grandes gremios) expusieron sus diferencias con la estrategia del jefe de la central obrera y le exigieron retomar la senda del diálogo.


Aunque tiene muy en claro que la pérdida de apoyos internos no constituye el mejor escenario para garantizar la estabilidad de su liderazgo al frente de la central, Moyano parece por ahora poco interesado en esas recomendaciones. Sus gestos públicos de los últimos días apuntaron a fortalecer el mensaje de Huracán: Denunció que la relación con la Presidenta "está suspendida por decisión de ella" y hasta amenazó con aplicarle su "traicionómetro" a los funcionarios del Gobierno si no cumplen la doctrina del ex presidente Juan Domingo Perón.


Desde ese lugar, casi colocándose en referente opositor, el camionero logró traccionar algunos respaldos del mundo sindical, sobre todo de aquellos referentes abiertamente enfrentados al Gobierno, como el líder de Uatre, Gerónimo Venegas, el gastronómico Luis Barrionuevo y el titular de la CTA disidente, Pablo Micheli. "Ahora llegamos cómodos a julio", festejó un dirigente del ala dura del moyanismo respecto de la continuidad de su jefe al frente de la CGT. Muy diferente es la opinión en el resto de los sectores de la central, donde advierten que el mandato del camionero corre peligro de acortarse si no logra recomponer el diálogo con la Presidenta.