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1 de mayo de 2024
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Anuario 2011: EE.UU. y el fantasma del default
Luego de una serie de hechos que pusieron en jaque la economía de EE.UU. el 3 de agosto Obama consiguió aprobar su plan para evitar el descalabro financiero
27 de diciembre de 2011
Altos índices de desocupación, la amenaza latente de caer en el tan temido default y las protestas del movimiento llamado “Ocupemos Wall Street” fueron algunas de las más notorias consecuencias del difícil año económico que atravesó el pueblo de los Estados Unidos.

La crisis económica se transformó en la principal preocupación del gobierno de Barack Obama, cuya administración tuvo que articular complejísimas negociaciones y enormes esfuerzos para consensuar con el Partido Republicano una serie de políticas que le permitiera capear el temporal financiero que arrasa gran parte del mundo desarrollado.

En el marco de todo este proceso, el día clave fue el 2 de agosto, cuando el Senado estadounidense aprobó, tal como lo había hecho el día anterior la Cámara de Representantes, la ley que evitaba que la principal potencia mundial cayera en default. A cambio, la polémica norma aumentó el nivel de endeudamiento estatal e implementó un duro ajuste. Tras la aprobación, el presidente Barack Obama promulgó inmediatamente la norma en la Casa Blanca.

Eso quiere decir que los bonos del Tesoro norteamericano ya no merecen ser considerados los más seguros del mundo para invertir. Hacía 70 años que el país contaba con la mayor nota.

Las Bolsas de todo el mundo acusaron el golpe de la degradación de deuda estadounidense, pese a la movilización de gobiernos y autoridades financieras para contener el pánico, con el telón de fondo de la desaceleración económica mundial. Fráncfort, principal plaza bursátil de la Eurozona, perdió 5,02% el día en que se conoció la noticia, mientras que París lo hizo un 4,68% y Londres un 3,39%.

Si bien algunos de los indicadores de la economía estadounidense que se conocieron en los últimos meses del año (como el nivel de desempleo) comenzaron a mejorar, la mayor parte de los especialistas coincide en que la recuperación de la principal potencia occidental será lenta y exigirá esfuerzos de su población.

Justamente, la traslación de la carga de la crisis sobre parte de la sociedad americana fue lo que desató, bien entrado el 2011, una reacción que se percibió en marchas y manifestaciones, con epicentro en la Bolsa de Comercio de Nueva York.