La mitad de las personas que tienen una ocupación ganan menos de $ 2500 por mes, en tanto que un 30% percibe un ingreso de no más de $ 1600. Los datos surgen del informe sobre distribución del ingreso que dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), con los resultados de la encuesta de hogares del tercer trimestre del año.

Los datos de ingresos per cápita familiar -cuánto ingresa en cada familia dividido por el número de integrantes- muestran que el 50% de la población vive en el mes con una cifra de hasta $ 1333, que supera en un 36% a la del tercer trimestre de 2010.

El 50 por ciento de la población vive en el mes con una cifra de hasta 1333 pesos, un 36 por ciento más que en el tercer trimestre de 2010.

A tres de cada diez personas les corresponde un ingreso de hasta $ 870, en tanto que dos de esos tres viven sólo con un monto inferior a $ 640. Entre una y otra cifra de las dos últimas citadas, se ubica el límite para que una persona sea considerada pobre, según las estimaciones de fuentes no gubernamentales (para el indicador de la fundación FIEL, que luego fue discontinuado, en abril pasado un adulto necesitaba por lo menos $ 727 para superar el umbral de la pobreza, usando como referencia la canasta de productos elaborada por el Indec). Eso explica por qué los cálculos privados ubican la pobreza en niveles cercanos al 30% de la población.

Sin embargo, como para calcular los índices de la realidad social, el Indec cruza los datos de ingresos con los de la inflación medida por el propio organismo (según el índice que perdió credibilidad desde la intervención política, en 2007), la estadística oficial habla de que la pobreza sólo afectaría al 8,3%, algo que surge de considerar que a quien le corresponda un ingreso de $ 448 o más queda al margen de sufrir necesidades materiales.

El informe difundido muestra que la distribución del ingreso registra una leve mejora con respecto a un año atrás, pero a la vez empeora también levemente, en comparación con el primer y con el segundo trimestre de este año. Así, considerando los ingresos per cápita de cada hogar, al tercer trimestre el 10% más rico concentra el 31,9% de la torta, en tanto que el 40% ubicado en la parte más baja de la pirámide se queda con el 14,1 por ciento. En el trimestre previo, este último grupo percibía el 14,2%, mientras que el 10% más rico se quedaba con el 31,3 por ciento. Un año atrás este segmento mejor posicionado concentraba el 32,9% de los recursos disponibles.

Otra forma de medir el grado de inequidad es por la cantidad de veces que el ingreso promedio del 10% más rico de la población entra en el promedio del 10% más pobre. En el caso del ingreso per cápita familiar, eso da para el tercer trimestre de este año un resultado de 21,25 veces, algo superior al del segundo trimestre. El indicador se ubica por debajo de la mitad del registrado en la primera medición de la serie -tercer trimestre de 2003-, una época en que aún era incipiente la recuperación de la actividad económica, que había comenzado a mediados de 2002.

Con respecto a un año atrás, el monto per cápita familiar se elevó un 33,1%, para quedar en $ 1800. El ingreso promedio de la ocupación principal de quienes tienen un puesto de trabajo, por su parte, se elevó un 29,7%, es decir, algunos puntos por arriba de la inflación que se presume que hubo en el período. Según la estadística más reciente, se ubica en los $ 3010 mensuales.

Los datos dan cuenta de la incidencia de la subocupación, que afecta al 8,8% de quienes se declaran laboralmente activos (personas que trabajan o buscan trabajar).