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2 de mayo de 2024
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Anuario: la primavera árabe y aires de libertad
Egipto con al caíida de Mubarak, Libia y el fin de 40 años de opresión y el permanente estado de guerra civil en Siria fueron los momentos del 2011
29 de diciembre de 2011
Los picos de tensión en Egipto, Libia y Siria fueron el efecto de una primera gran crisis en la región árabe, que nació en Túnez el 5 de enero y repercutió en forma inmediata en otros países ahogados por la presión de años de dictaduras y sostenimiento del poder sobre la base de la fuerza, y en medio de penurias económicas y altas dosis de desigualdad.

Como consecuencia de esta tensión, los tunecinos fueron convocados a elegir una Asamblea Constituyente nueve meses después de la partida del presidente Zine el Abidine Ben Ali, derrocado por una sublevación popular.

Estas elecciones, las primeras en un país de la "Primavera árabe", fueron eclipsadas por situaciones interiores difíciles, e incluso por violentos disturbios como en Siria, Libia y Yemen.

Ese “efecto dominó” también se evidenció en abril en Bahrein y a mitad de 2011 se extendió a Argelia.

Estos conflictos astillaron profundamente regímenes dictatoriales que tenían democracias endebles, dominadas por un solo partido, y que construyeron poder a partir de golpes de Estado que datan de 35 a 40 años.

Egipto fue el gran inspirador con el derrocamiento de Hosni Mubarak y allí los habitantes siguieron con fascinación el levantamiento tunecino, donde los "revolucionarios" de ambos países intercambiaron consejos a través de las redes sociales.

A pesar de la salida del dictador, la situación política es aún “bastante grave”, ya que el 9 de octubre, 25 personas murieron en la capital egipcia en enfrentamientos entre manifestantes cristianos y fuerzas del orden, los peores desde la renuncia de Mubarak ante la presión popular.

Tras el movimiento que nació en Túnez y se amplió a Egipto, tuvo un efecto directo en países de la zona, y en Siria el levantamiento causó cientos de muertos derivados de una gran represión por parte de la dictadura de ese país, en un conflicto que sigue vigente.

En marzo la crisis ya se había extendido a otros países como Bahrein, donde las revueltas fueron menores pero ante un clima de tanta tensión el país se cerró para encontrar soluciones y decidió la suspensión de la carrera de Fórmula 1, uno de los eventos anuales más fuertes que ocurren en esa nación árabe.