El domingo 26 de junio de 2011 será difícil de olvidar para los hinchas de River, porque ese día ocurrió lo que parecía imposible: el temido descenso a la B Nacional.

Y sucedió tras empatar en el estadio Monumental 1 a 1 con Belgrano de Córdoba, en el partido desquite de la Promoción.

En el encuentro de ida, jugado en cancha de los “celestes”, ganó el local 2 a 0, un resultado que adelantó un final anunciado.

La caída de los “millonarios” al descenso se materializó ese día pero había comenzado mucho antes, con tres años de campañas muy malas que jaquearon su promedio y lo pusieron toda la temporada 2010/11 al filo de la zona caliente.

La situación comenzó a transformarse en pesadilla una semana antes, cuando en la última fecha del Clausura River cayó en su casa ante Lanús 2 a 1, y selló su destino de jugar la Promoción.

Esa caída libre también se manifestó en el tramo final del certamen, que hasta la novena fecha tuvo la extraña paradoja de tenerlo líder, aunque peleando todavía la zona de abajo en los promedios.

Pero a partir de la décima fecha entró en un tobogán del que no pudo zafar: hasta el final del certamen sólo ganó un cotejo (Racing) y luego empató cinco y perdió otros cuatro. Sobre 30 puntos posibles sumó apenas ocho.

Las derrotas incluyeron el superclásico ante Boca en la Bombonera por 2 a 0 y un empate en Nuñez frente a San Lorenzo (1-1), en dos partidos para el olvido del arquero Juan Pablo Carrizo.

Con los regresos de dos figuras del club como Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez, el 16 de agosto, en el Monumental, River le ganó a Chacarita 1 a 0, en el debut en los torneos de ascenso.

Con una sólida campaña que lo sostiene en los primeros puestos, los “Millonarios” transitan el largo camino de 38 fechas para volver a la primera.

Sin poder jugar en su cancha suspendida desde la segunda fecha, River disputó sus encuentros en otros campos a la espera de mejores tiempos, contando con el apoyo incondicional de sus millones de hinchas.