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El Artista, cuando el silencio es seducción
Un premio merecido. El cine premiando al cine mismo. La esencia que no se pierde y la magia con el espectador. Oscars cantados. Fin de una era tecnológica
27 de febrero de 2012
Por Roberto Aguirre Blanco, de la redacción de Asteriscos.Tv

La Academia de Hollywood se redimió y, después de 84 años, en la era del 3D y la pantalla IMAX, los votantes del Oscar distinguieron la esencia del séptimo arte y por primera vez eligieron a una película muda como la mejor del año.

Y ese lujo se lo tenía que dar "El Artista", esa joya del cine que capturó todo aquello que hizo grande este medio en sus inicios: el silencio de las palabras, la música en primer plano, la imagen como transmisora del mensaje dramático y la complicidad con el espectador.

Quizás de allí venga el premio: además de sus salientes condiciones artísticas y creativas, el film dirigido por el francés Michel Hazanavicius demostró que a casi un siglo de la muerte del cine mudo, los espectadores hoy pueden seguir siendo seducidos por 120 minutos de imágenes sin habla y emocionarse con una película magistral.

Merecido premio también para su director, el primer francés en ganar la estatuilla y para su actor protagónico, Jean Dujardin, quien con la gestualidad y mucho carisma, se llevó su premio sin decir una sola palabra en esta cinta que homenajeó a un cine que fue pilar de la industria.

De atrás vino El Artista para llevarse todo en la noche de los Oscars, debió remontar una seguidilla de premios de su gran rival "Hugo", que con 11 nominaciones al promediar la velada ya tenía cinco, pero en rubros técnicos, donde el film de Scorsese demostró una gran calidad imaginativa.

Primero, El Artista ganó dos premios que potenciaron su calidad, mejor vestuario y mejor Banda musical, uno de los grandes fundamentos para la fuerza dramática de la historia.

Luego, sobre el final, la seguidilla de Director, Actor y Película pintó de Marsellesa el escenario de la entrega de la Academia.

La noche no dejó muchas sorpresas porque el premio a mejor actriz protagónica era casi un voto cantado, con una formidable Meryl Streep que se lo llevó por su gran composición de la ex primer ministra británica Margaret Tchatcher. Fue su decimoséptima nominación --la actriz con más participaciones en esta fiesta- y su tercer premio con una diferencia de 29 años entre el anterior y este.

Otro premio anunciado fue el de mejor actriz de reparto para Octavia Spencer, quien era la gran candidata por su gran trabajo en "The Help", una fuerte historia de segregación en los 70 en el sur de EE.UU.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando el veterano actor Christopher Plummer ganó el Oscar a mejor actor de reparto por "Beginners", un terrible drama de un hombre moribundo que en su etapa final blanquea su homosexualidad ante su hijo y su nieto.

Plummer fue ovacionado de pie mientras el actor agradecía el premio ganado a los 82 años -fue el actor de mayor edad en llevárselo- y recordaba que solo tenía "dos años menos" que la entrega de la estatuilla".

Nuevamente Hollywood premió a su gran ausente, Woody Allen, quien nominado en tres rubros por "Medianoche en París" se llevó su premio a mejor Guión original.

Con algunas criticas a quienes consideran un trabajo menor de Allen, la Academia lo volvió a premiar luego de casi una década y como es habitual hizo un plantón y su estatuilla le llegará a donde este filmando vía correo certificado.

"Hugo" es a priori la gran perdedora, pero si uno analiza desde el lugar donde se construyó este fantástico film, mitad animación y mitad actores, los rubros técnicos fundamentales en los cuales ganó lo valorizan como una gran producción.

La fiesta tuvo como ya es habitual el brillo escaso para quienes esperan grandes movimientos escénicos y por momentos se hace tediosa en su duración, peros dos grandes momentos fueron la presentación muy original de Billy Cristal, metido en cada una de las películas del año, y la gran actuación del Circo Du Soleil, homenajeando al cine tradicional.

Hay una bisagra en el cine, en momentos del adiós definitivo al celuloide para dar paso a la era digital, y el conflicto con el nombre del teatro donde se entrega el premio y la quiebra de la empresa Kodak es un mensaje de fin de una era.

Fue como siempre una gran fiesta, no faltó casi nadie en la platea, y este año los carilindos de George Clooney y Brad Pitt se quedaron sólo con los suspiros de las damas.

En la pantalla el triunfo del cine contando su historia y los ojos celestes, inolvidables, del recuerdo de Elizabeth Taylor, fallecida en 2011, tan celeste, tan eternos como los 35 milímetros que ya comienzan a ser un pasado para dar espacio a las nuevas tecnologías.

¿Muerto el Rey, vivan las nuevas ideas?