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18 de abril de 2024
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Libros: "La restricción es un ataque a la cultura"
Así opinaron científicos e intelectuales que rechazaron los motivos que expone el secretario Moreno para impedir el libre acceso de textos al país. Ta se nota en las liberias
28 de marzo de 2012
Se levantan fuertes voces de quejas y de ataque a bienes culturales por parte de intelectuales y empresarios del sector, ante la restricción del ingreso de libros y revistas la país impuesta por las políticas comerciales que lleva adelante el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

En la actualidad las nuevas normas obligan a los particulares que compran publicaciones en el exterior a buscarlas en Ezeiza y a editoriales y librerías a recurrir a un servicio de despachante de aduana para los pedidos inferiores a 50 kilos y 1000 dólares.

Esta restricción ya golpea directamente a muchas librerías del país o investigadores que sienten en carne propia la falta del ingreso de textos científicos en inglés fundamentales para sus trabajos.

"Yo necesito esos libros para continuar mis investigaciones y recientemente, por un envío de una docena de libros que adquirí por Internet, la Aduana de Santa Fe me cobró un recargo del 50 por ciento. Terminé pagando unos 4000 pesos", dijo un investigador emérito del Conicet para graficar el delicado momento.

Desde un grupo de intelectuales rechazaron la excusa de moreno para la restricción que sostiene que un libro solo puede ingresar la país si la tinta del texto no contenga cantidades de plomo superiores al 0,05 y el 0,06% en su composición química.

"Causa estupor que el mismo gobierno que acepta la utilización de sustancias químicas contaminantes en la mega minería a cielo abierto alegue ahora razones de índole sanitaria para tomar una medida tan engañosa como falsa", dijo este grupo, integrado por Beatriz Sarlo, Gabriela Massuh, Luis Felipe Noé, Maristella Svampa y Herman Schiller, entre otros.

En esa línea postularon la neceidad que los intelectuales del gobierno como el ministros de Educación, de Ciencia y Tecnología y el director de la Biblioteca Nacional, opine sobre esta "extraña medida".