"Shame" es una película con halo de escándalo, y asi empezó su derrotero internacional con su presentación en le Festival de Venecia de 2011 y en cada lugar donde se exhibió. En Argentina no puede ser menos, donde ya una importante cadena de cine decidió no programarla por considerarla "muy fuerte".

El film es una nueva apuesta del director británico Steve McQueen (quien ya había impactado con su ópera prima Hunger), y propone una despiadada e implacable exploración de la sexualidad, del consumo, síntomas todos que definen estos tiempos modernos.

Recordando los golpes de efecto mediáticos del aquel ícono sexual de los 70 que fue "El Ultimo tango en París", "Shame" es la nueva joya de sexualidad del siglo XXI, donde hay desnudos frontales de hombres y mujeres, y escenas de sexo explicito.

Sin embargo, nada es gratuito y no se trata de una película con cargo sexual, sino un film que explora la sexualidad de su personaje principal que no puede vivir sin tener sexo o acercarse a él por diferentes medios.

Michael Fassbender (ganador de la Copa Volpi al mejor actor en Venecia por este trabajo) interpreta a un ejecutivo irlandés radicado en Nueva York con una incontenible y desesperada compulsión (adicción) al sexo.

Mientras seduce a diestra y siniestra en bares y glamorosas fiestas de Manhattan, contrata prostitutas de lujo, consume todo tipo de pornografía en revistas e Internet o corre a los baños de su oficina para masturbarse, es incapaz de establecer mínimos contactos emocionales.

McQueen -quien además es un consagrado exponente del arte contemporáneo más vanguardista- prescinde de explicaciones psicológicas tranquilizadoras y sabe cómo impactar, fascinar, provocar e irritar al espectador con su cine, trabajado en muchos pasajes con largos y virtuosos planos-secuencia, siempre elegante, aunque también resulta por momentos algo frío, distante, calculado y manipulador.

Más allá de las aristas discutibles que tiene Shame, en lo cinematográfico, tanto por su despliegue visual como por la imponente interpretación de Fassbender, el saldo es favorable.

Con ese contenido, en la Argentina , la cadena Cinemark no la incluyó en la programación de sus complejos de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, por su alto contenido erótico.