Pasan las semanas y el gobierno de Cristina Fernández se ve obligado a contar las verdaderas razones por las que decidió avalanzarse sobre YPF y estatizarla. El problema es que los millonarios fondos que pensaba encontrar en la petrolera parece que no eran para tanto.

El Gobierno debió salir a admitir en los principales centros financieros mundiales que debió estatizar YPF, cambiando otra vez las reglas de juego, porque de lo contrario se venía una "crisis energética". El embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello, envió una nota al periódico más influyente en el mundo financiero, el Financial Times, en la cual reconoce que se tomó esa medida drástica "para evitar una crisis energética nacional", algo que aún no está garantizado.

Argüello indicó en su misiva que "la dependencia a la costosa importación de energía debido a la falta de inversión de Repsol en nuevas exploraciones en la Argentina. No tomar esta medida hubiera implicado una traición a nuestra promesa a los argentinos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mantener la autosuficiencia energética, fundamental para nuestro crecimiento económico y la competitividad".

Lo curioso es que las explicaciones del caso fueron realizadas por Argüello y no por el alicaído canciller Héctor Timerman, un funcionario cada vez menos considerado en el mundo de la diplomacia mundial y a quien el año pasado la presidenta Cristina Fernánez le ordenó dejar de ejercer la diplomacia vía twitter.

"Nuestro crecimiento se vio amenazado por la escasez de combustible y aumento de los precios. Desde que Repsol compró YPF, laor producción de crudo cayó un 54 por ciento", explicó Argüello con datos que seguramente le proveyó Axel Kicillof, quien a esta altura de los acontecimiento es uno de lo funcionarios de mayor confianza de la Presidenta.

"Mientras que el beneficio neto de YPF en 1997-2011 fue de 16.600 millones de dólares, 14.200 millones fueron a los inversores como dividendos y, en el mismo período, las nuevasreservas probadas de petróleo en la Argentina no fueron explotadas", puntualizó. "El año pasado fue la primera vez en más de dos décadas que la Argentina registró un déficit comercial en combustible", dijo Argüello, al explicar el trasfondo de la estatización compulsiva de la petrolera, en la que el kirchnerismo parece tener depositadas la expectativa de poder perpetuarse en el poder, reforma constitucional mediante.