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23 de abril de 2024
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Robo a Iglesia: "La inseguridad es realidad"
El padre Arroyo de la Iglesia del barrio de Caballito señaló que los vecinos viven la "realidad" de la inseguridad. Fue asaltado el domingo
10 de julio de 2012
El cura de la Iglesia del Buen Pastor de Caballito, Rodolfo Arroyo, quien sufrió el domingo el asalto en su parroquia dijo que en ala ctualidad no se vive "una sensación" de inseguridad, sino "una realidad".

El domingo, al finalizar la misa y volver a la casa parroquial que está detrás de la iglesia de Aranguren 693, el padre Arroyo encontró a su perra completamente sedada, la puerta rota y toda la casa revuelta.

ladrones habían entrado y se habína llevado unos 4.000 pesos entre dinero de la parroquia, de Cáritas, un monto destinado a pagar un locro y el dinero del sacerdote.

"Este tema es importante: no es una sensación, es una realidad, estamos viviendo la inseguridad", aseveró el religioso.

El padre Rodolfo, de 53 años, no sólo le cede el lugar a la gente para juntarse: también participa activamente y hasta estuvo en la marcha que se hizo el jueves a la noche en Rivadavia y Acoyte , cuando se presentó un mapa del delito elaborado por los vecinos, ante la falta de respuestas de los gobiernos nacional y porteño.



El cura hizo la denuncia en la comisaría 13°. "Estaba muy amargado y preocupado", contó a Clarín un allegado suyo, quien remarcó que, además de estos dos hechos de inseguridad, sufrió "15 cortes de luz en los últimos 20 días" .



Los vecinos se quejan de que la zona "está liberada", que no hay policías patrullando las calles y que los delitos son constantes en todo el barrio.



Fuentes policiales informaron que, para entrar a la casa, los ladrones violentaron las puertas con barretas. En ese mismo momento, alrededor de las 11.30, el padre Rodolfo estaba celebrando la tradicional misa del domingo y su colega Humberto Bellone (79), a quien también le revolvieron la pieza, estaba confesando a un feligrés. En tanto, el padre Ignacio Copello (53) no se encontraba porque viajó a Brasil para hacer un curso.



" Cuando vi el aserrín de la puerta en el piso dije 'chau, acá me robaron' ", contó anoche a Clarín el cura Arroyo, quien hace ocho años que vive en el lugar. "Lo que más lamento es que perdí todos los contactos que tenía en el celular. Y lo que es curioso es que tenía 200 o 300 pesos en monedas separadas para el locro de hoy y dos relojes que me habían regalado, pero no se los llevaron".



Según las pericias de los especialistas de la Policía Científica, los delincuentes pasaron por una medianera de un patio interno y atravesaron un pequeño ventiluz de 25 por 80 centímetros. Desde allí accedieron a una cocina lindera a las piezas de los sacerdotes.