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Münich: 40 años de luto olímpico
Fue el primer ataque terrorista masivo en Europa. Ocurrió en 1972 en medio de los Juegos Olímpicos. Revelaciones a cuatro décadas
5 de septiembre de 2012
Por Roberto Aguirre Blanco, de la redacción de Asteriscos.Tv

La madrugada del 5 de septiembre de 1972, Europa fue el escenario del primer gran atentado terrorista impulsado una facción de guerrilleros árabes, y que tuvo como escenario los Juegos Olímpicos de Münich, donde fueron asesinados 11 atletas israelíes a manos del grupo palestino “Septiembre Negro”.

El secuestro y matanza como los deportistas judíos se anticipó en tres décadas a los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York y al atentado a la estación de trenes de Atocha en Madrid, hechos terroristas que conmovieron al mundo, en 2001 y 2004, respectivamente.

La organización secreta palestina “Septiembre negro”, con lazos muy fuerte a la OLP de Yasser Arafat, y que operaba en Europa desde 1970, ideó y planificó el secuestro de los deportistas con el fin de realizar un canje de prisioneros árabes detenidos en cárceles de Israel, pero la forma en que se desencadenó el ataque hizo que el hecho terminará en una tragedia.

Algunos documentos desclasificados después de cuatro décadas revelaron otro gran error táctico del gobierno de entonces de la Alemania Federal que reveló que el comando palestino recibió apoyo logístico de un grupo de neonazis, y que hubo un flujo enorme de información que alertaban sobre un inminente ataque terrorista, pero Bonn no le dio importancia.

La misma documentación sostiene que meses después el gobierno alemán cito a uno de loa autores de la tragecia para "negociar" que no hubiera más atentados en el país, y el acuerdo se cumplió parcialmente,

En aqeuel 1972, la Villa Olímpica de Munich se encontraba sitiada de fuerzas de seguridad, el número de policías y militares no significaba que estos estuvieran preparados para ataques terroristas, sumado a una condición crítica de presión por estos juegos que se realizaban en la Alemania Occidental y que buscaban borrar el estigma del encuentro deportivo de 1936, en Berlín, que tuvo el fuerte signo del nazismo.

A las cinco de la mañana de ese 5 de septiembre de 1972, un grupo de ocho terroristas con su rostros cubiertos de pasamontañas ingresaron saltando las vallas de dos metros de la Villa y se dirigieron con precisión militar a las habitaciones donde estaban los deportistas del Estado judío.


Once de los deportistas lograron huir en el momento del asalto, mientras nueve fueron tomados prisioneros en sus habitaciones donde dormían.

Las dos primeras víctimas fueron el entrenador de lucha, Moshé Weinberg, de 33 años, que llegaba de comer de un restaurante y el levantador de pesas Joseph Roamno, quienes fueron asesinados la intentar resistirse a la toma de rehenes.

Las negociaciones fueron arduas y tuvieron como protagonistas al gobierno alemán, al presidente de Egipto y al gobierno israelí.
Los secuestradores exigieron un avión para llegar a un país árabe, y a las nueve de la noche salieron de la Villa en dos micros que los acercaron a dos helicópteros que lo esperaban para el primer tramo de la fuga.

Los nueve atletas viajaron con sus manos atadas a las espaldas y con los fusiles apuntando a sus cabezas. Así llegaron al aeropuerto de Munich donde un avión de Lufthansa estaba listo en medio de la pista.

Primero bajó el líder del grupo, subió al avión lo revisó y ordenó al resto que suba, cuando el primer grupo camina por la pista, se enciendieron las potentes luces en el aeropuerto y comenzó un infernal tiroteo entre los secuestradores y los tiradores del ejercito alemán con poca preparación para este tipo de ataques.

Allí muerieron otros tres atletas y cuatro palestinos, mientras los restantes estaban divididos entre el avión y el segundo helicóptero.

Reciben la orden de entregarse y antes de hacerlo uno de los terroristas escapa y tira tras de si dos granadas que convierten en una bola de fuego a la nave donde estaba el resto de los deportistas.

Los juegos se enlutaron, hubo bandera a media asta hasta el final. En Tel Avid los cuerpos de las víctimas recibieron funerales de honor en medio del llanto de un país entero, mientras los atletas de otros países pero de origen judío, como la máxima estrella estadounidense, el nadador Mark Spitz –ganador de siete medallas doradas—fue sacado de Alemania en medio de un fuerte operativo de seguridad.

A partir de ese momento, por una iniciativa secreta de la primera ministro Golde Meir, se organizó un grupo de leite de la Mosad para dar con los paraderos y asesinar a cada uno de los integrantes sobrevivientes de aquel atentado.

La caza duró más de una década y se convirtió en una seguidilla de muertes de dirigentes palestinos y luego de los, propios victimarios que de cazadores pasaron a cazados. Una historia cruda que fue magistralmente reflejada en la película “Munich” que dirigió en 2005 Steven Splielberg.

Alemania conmemoró con un tinte amargo y polémico, la tragedia que enlutó los Juegos Olímpicos de 1972 en Múnich en una ceremonia que se llevó a cabo en el aeropuerto militar de esa ciudad.
El gobierno bávaro ordenó izar a media asta las banderas del país y de Baviera en todos los edificios públicos. Las conmemoraciones finalizaron con un servicio ecuménico en presencia de un rabino.

Mientras tanto, en la Villa Olímpica de Londres, donde se celebran ahora los Juegos Paralímpicos, el Comité israelí organizó un acto conmemorativo en el que participó el presidente del COI Jacques Rogge.