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25 de abril de 2024
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Denuncian que Cristina va también por empresas
Lo advirtió el diputado radical Gil Lavedra. Se quejó de que el ultracristinismo cambió el proyecto de regulación del mercado sin avisar para permitir intervenciones. Y la UCR dio quórum
25 de noviembre de 2012
La movida del Gobierno y el puñal bajo el poncho




El diputado nacional Ricardo Gil Lavedra confirmó que, por enésima vez, el oficialismo hizo trampa en el Congreso, cambió una ley clave tras haber obtenido quórum, esta vez para abrir la posibilidad de que el Estado intervenga empresas.

Gil Lavedra narró que cuando el miércoles pasado la Cámara de Diputados trataba el proyecto oficialista de regulación del mercado de capitales y la sesión transcurría con normalidad "en forma inesperada y subrepticia, el diputado oficialista Feletti sugirió una modificación al artículo 20, inc. 1 del proyecto, que no había sido jamás mencionada".

"No se trataba de una simple enmienda formal, como las que en ocasiones se introducen en el recinto. Era el puñal bajo el poncho. Con el texto que la Cámara aprobó –con nuestro categórico rechazo- y que ahora considera el Senado, se faculta a la Comisión Nacional de Valores a separar a los órganos de administración de una sociedad por 180 días si los accionistas minoritarios estiman que se están afectando sus derechos, “hasta regularizar las deficiencias encontradas”, dijo Gil Lavedra, quien parece haber descubierto ahora los inexistente escrúpulos del kirchnerismo.
El legislador radical denunció que "eicho inciso vulnera gravemente el derecho de propiedad de los accionistas mayoritarios y le concede a un órgano administrativo atribuciones exorbitantes, que le permitirán entrometerse en la vida de las empresas del modo más arbitrario. Que esta herramienta, de por sí inconstitucional, se ponga en las manos de un gobierno que ha dado sobradas muestras de su desprecio por el orden jurídico y que tiene como lema de la actual etapa de su gestión “ir por todo”, sólo puede generar todavía mayor incertidumbre entre los inversores nacionales y extranjeros. En lugar de facilitar las inversiones, única fuente genuina de desarrollo, creación de empleos y mejora de la calidad de vida, el oficialismo se nutre de un nuevo instrumento para ahuyentar capitales".