En un regreso soñado, para festejar los jóvenes 50 años, Los Rolling Stones volvieron a toca en su casa, Inglaterra, en el estadio O2 de Londres, y allí con un show intenso y único dejaron a 20 mil personas sin aliento y con la "lengua afuera".

La excusa no fue solo el medio siglo de vida sino también el lanzamiento del nuevo disco de la banda "GRR!" y que recopila sus grandes éxitos e incluye dos temas inéditos: Doom & loom” y "One More Shot.

Por ese motivo, Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ron Wood ingresaron a un estudio de grabación después de siete años.

Antes de este primer show de la serie de concierto de 50 años, ya habían dado dos conciertos sorpresa para 700 personas a finales de octubre en París en el teatro Trabendo para “calentar motores”.

Ahora la banda continuará con otro concierto en Londres el 29 de noviembre, y demás dos mas, 13 y el 15 de diciembre, en el Prudential Center de Newark, cerca de Nueva York.

Este show de Londres tuvo también la sorpresa de ver en escena junto alos líderes de la banda a los antiguos miembros de la banda: Bill Wyman, el bajista original y el guitarrista Mick Taylor.

Los Rolling Stones salieron al y se lanzaron a la yugular de sus eternos enemigos, los Beatles. Arrancaron con el “I wanna be your man” escrito por Lennon y McCartney.

“Hemos tardado 50 años en llegar de Dartford a Greenwich”, dijo el veterano líder de la banda, refiriéndose a la localidad de Kent donde nació en 1943 y la que alberga el O2 Arena, al Este de Londres.

“¿Todo el mundo está bien ahí en los asientos baratos? Aunque no son nada baratos, ¿verdad?”, interactuaba con el público.

Los Stones son puro rock por lo cual no necesitaron de un escenario estrafalario y solo lo justos, nada de parafernalia lumínica ni fuegos artificiales o bombas de estruendo.