La Argentina padece un trastorno cambiario que en algún momento el gobierno deberá corregir, aunque por ahora no hay pistas de que ello pueda suceder en el corto plazo.

El dólar paralelo se disparó un 44 por ciento este año y cerró en un nivel récord de 6,83 pesos, ante la fuerte demanda de viajeros que no pudieron obtener divisas suficientes en el mercado oficial, y el hecho de que quienes tienen pesos prefieren pasarlos a esa moneda como protección de sus ahorros. Así, la brecha entre el inaccesible dólar oficial y el paralelo fue del 39 por ciento, ya que la divisa oficial cerró a 4,92 pesos.

El Banco Central cerró el año con la compra de unos 170 millones de dólares y las reservas se ubicaron en 43.150 millones.

El dólar "blue" se convirtió así en una de las estrellas financieras del año, pero también en fuente de todo tipo de distorsiones en la economía, que perdió sus puntos de referencia.

El mayor salto de la divisa comenzó a producirse a partir del 5 de julio último, cuando el BCRA cerró totalmente el grifo para adquirir divisas con el fin de ahorro.

La divisa norteamericana, que en el arranque del año se negociaba a $ 4,73, terminó así el 2012 orillando los $ 6,90.

A las necesidades de los viajeros, se sumó el cobro de los salarios de diciembre y el medio aguinaldo que generaron una abundante liquidez, buena parte de la cual fue volcada al billete verde.

También desde algunas empresas hubo demanda para posicionar parte de sus activos en dólares de cara a 2013.