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Rod Stewart, el oficio del gran seductor
Carisma y gran carga musical tuvo el reencuentro del cantante escocés con el público de Argentina. Intenso show con momentos muy destacados
23 de febrero de 2014
Por Roberto Aguirre Blanco, de la redacción de Asteriscos.Tv

Convertido en un clásico inoxidable, y dando muestras que todavía tiene muchas cosas para contar y cantar, Rod Stewart volvió a seducir a Buenos Aires, con un intenso show, que presentó en el club GEBA,colmado de fieles seguidores, quienes no se fueron decepcionados.

Cada visita a la Argentina, el blondo cantante escocés renueva su relación de amor con el público local, un sentimiento de ida y vuelta que ya había ocurrido en 1990 y en 2011, con sus conciertos multitudinarios en River y Vélez, respectivamente.

En esta gira, Live the life Tour 2014 , el escocés sexy llegó con una novedad: su último trabajo discográfico, el interesante álbum “Time”, primera producción de estudio luego de dos décadas sin componer nada nuevo.

En ese espacio de tiempo, Stewart recorrió el mundo subido a sus grandes éxitos, ese bagaje de canciones que explotaron en los 90 y parte del nuevo siglo, y con las cuales inicio el concierto porteño, para el deleite de sus fans.

Abajo del escenario estaban sus seguidores, una mezcla atractiva de sub 35 y algunos más chicos, y que en su mayoría cumplieron con el pedido del cantante en la previa: “Vengan a gritar mucho , vengan sexys y a divertirse”.

Motivos para el disfrute sobraban, desde el escenario Stewart mostró una energía envidiable para sus 69 años y más de 40 como artista, ese oficio que se denota en sus códigos y guiño con la gente.

Pero no solo era el showman, detrás, o mejor dicho a la par, por el protagonismo que Stewart le da a su gente, se lucieron músicos de alto nivel, con una banda sólida desde la base , las armonías de sus guitarritas y dos secciones de vientos, una de mujeres y otra de hombres muy ligados al jazz.

El escocés es generoso, debe ser además el músico que mas aplica la “ley de cupo femenino” en una banda que tiene una mayor cantidad de damas , incluyendo sus solidas coristas.

En la puesta en escena tiene un alto valor le juego de la estética , con el vestuario elegido para cada integrante, y el fantástico trabajo de las pantallas gigantes, que a espaldas de los artistas reflejaba mucho color, con diseño de figuras y en temas claves un gran trabajo de vídeo con imágenes retro.

Esta composición de alto nivel de producción forma parte de la propuesta del cantante como esencia de un show que lo tiene a él como protagonista, pero no como el centro de toda la atención permanentemente.

En esta gira, Stewart se da el gusto de presentar a su hija mayor, la hermosa Ruby Stewart, quien canto “Just One More Day” y luego juntos entonar “Forever Young”, en una versión mas cercana a la voz de la joven, que no sale de un nivel aceptable.

También se pudieron lucir su coristas con una interesante versión del clásico de Creedence, “"Proud Mary” y la banda en otros pasajes estrictamente musicales de alto vuelo.

Por supuesto no faltaron los grandes éxitos, como “Maggie May”, “Twisting The Night Away”, “Hot Legs”, “You wear it well”, “You’re in my heart”, entre otros, que fueron cantados en complicidad con el público.

Buen momento fue la presentación de algunos temas del nuevo álbum “Time” como la canción sobre la época en que trataba de tener éxito como cantante (“Can’t Stop Me Now”), y otra sobre su juventud bohemia (“Brighton Beach”).

Sobre esa canción el británico había explicado en los días previos a sus show en Buenos Aires que fue la primera canción “que escribí en mucho tiempo. Cuando empezamos a pensar en un disco nuevo salió mi autobiografía y creo que ese trabajo de hacer memoria terminó por influir a las nuevas canciones."

Otro gran momento emotivo del show fue "Can't stop me now", durante la cual aparecieron imágenes de un joven Rod junto a su padre y su eterno amor por el fútbol y el club de sus amores: el Celtic de Glasgow

La parte final, ya con su tercer cambio de ropa, lejos de la formalidad de los dos primeros, ahora con una veraniega camisa multicolor, Stewart desplegó lo más débil de su concierto, pero a sabiendas que tenía ya a su público en sus bolsillos.

Así llegaron unos videos de humor –poco entendibles para un show de este nivel—y el ya tradicional regalo de pelotas de fútbol, autografiadas por el cantante, y lanzadas al público con su prodigiosa derecha, que en los años mozos lo vio correr por una cancha escocesa.

El cierre llegó con "You're in my heart","Hot Legs", "Maggie May" y "Do Ya Think I´m Sexy", en un versión actualizada de gran nivel, ya alejado de la original de la época disco.

Para el único bis , la despedida fue con “Sailing”, y si bien fueron casi 120 minutos de intenso show el publicó merecía al menos una salida más, pero es cierto, que también desde la platea, quizás ya conformes, no llegó un reclamo contundente.

La noche prometía lluvia sobre GEBA, pero ella se ausentó para dejar pasar, la mejor tormenta musical que fue Rod Stewart, con toda su rica historia a cuestas. Sin dudas es mucho más que otra cabeza rubia