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Sínodo: "La Iglesia no debe excluir a nadie"
"Cristo quiso que su Iglesia sea una casa con la puerta siempre abierta" dice el documento que fue aprobado por amplia mayoría por los obispos
18 de octubre de 2014
Antes de votar la relatio synodi, el documento final de la asamblea de obispos que el Papa convocó para debatir los desafíos de la familia, los 191 padres sinodales de todos los continentes aprobaron esta mañana por amplia mayoría (158 votos de 174) un claro y significativo mensaje final.

Más sintético que el documento final, que servirá de base de preparación de un segundo sínodo, en 2015, el mensaje final, de tres carillas, reiteró que la Iglesia católica no debe excluir a nadie sino que debe ser una casa con la puerta abierta, lista para recibir a todos.

"Cristo quiso que su Iglesia sea una casa con la puerta siempre abierta, recibiendo a todos sin excluir a nadie. Agradecemos a los pastores, a los fieles y a las comunidades dispuestos a acompañar y a hacerse cargo de las heridas interiores y sociales de las parejas y de las familias", pudo leerse el mensaje, redactado por una comisión presidida por el cardenal Gianfranco Ravasi, que fue secundado por el arzibispo argentino y teólogo muy crecano al Papa, Víctor Manuel Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina.

Si bien no mencionó todos los temas considerados antes tabú que se discutieron durante dos semanas, el texto mencionó explícitamente a la cuestión de los divorciados vueltos a casar, que fue uno de los grandes puntos de desacuerdo entre obispos conservadores -que no quieren que éstos sean readmitidos a los sacramentos- y reformistas.

"La cima que recoge y unifica todos los hilos de la comunión con Dios y con el prójimo es la Eucaristía dominical, cuando con toda la Iglesia la familia se sienta a la mesa del Señor (...) Por eso, en la primera etapa de nuestro camino sinodal, hemos reflexionado sobre el acompañamiento pastoral y sobre el acceso a los sacramentos de los divorciados en nueva unión", indicó el mensaje.

En una conferencia de prensa de presentación de este texto, en el Vaticano, el cardenal brasileño Raymundo Damasceno Assis, presidente del episcopado de su país y arzobispo de Aparecida, destacó el carácter consultivo de esta asamblea de obispos, que fue tan sólo la primera parte de un proceso que culminará con un segundo sínodo, en 2015.

"Creo que el balance es muy positivo", dijo Damasceno Assis, que destacó que "no podemos esperar conclusiones ahora". En sintonía se pronunció el cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay y presidente del episcopado de la India. "Creo que logramos nuestro objetivo", dijo Gracias.

Aunque se espera que en la relatio synodi, el documento final, haya una bajada de tono respecto a las aperturas que se habían visto en el borrador presentado el lunes pasado ante homosexuales y parejas de hecho, Gracias, Ravasi y Damasceno Assis reiteraron que la apertura de la Iglesia a estas realidades. "La Iglesia debe ante todo acoger, estar lista a escuchar y a comprender los cambios de la sociedad; pero por otro lado, tiene una identidad y un mensaje", subrayó Ravasi.

El mensaje final pidió explícitamente a los gobiernos y a las organizaciones internacionales "que promuevan los derechos de la familia para el bien común". Entre los desafíos que enfrentan las familias, mencionó "las dificultades económicas causadas por sistemas perversos, originados en el 'fetichismo del dinero y en la dictadura de una economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano' que humilla la dignidad de las personas", citando a la exhortación apostólica Evangelii Gaudium (La alegria del Evangelio), de Francisco.

"Pensamos en el padre o la madre sin trabajo, impotentes frente a las necesidades aun primarias de su familia, en los jóvenes que transcurren días vacíos, sin esperanza, y así pueden ser presa de la droga de la criminalidad", agregó.