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19 de marzo de 2024
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¿Nisman quiso pedir la detención de Cristina?
En la basura de su departamento se habría encontrado una versión de su escrito que incluiría esa medida en el marco de la imputación de encubrimiento a Irán por la AMIA
1 de febrero de 2015
¿El fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, pensó en algún momento pedir la detención de la presidenta Cristina Fernández?

La versión cobró forma en las últimas horas y sumó un condimento a una muerte que conmovió a la Argentina en el arranque el año electoral y que deja muchas dudas, a pesar de que las pruebas halladas por la fiscal Viviana Fein indicarían un suicidio.

Nisma escribió al menos dos versiones de su denuncia contra la presidenta: una es la que se dio a conocer de forma masiva, la misma que se presentó en los tribunales, pero una copia parcial de la otra fue descubierta por la policía en el tacho de basura del departamento del fiscal muerto. Ese escrito, descartado por Nisman cuando estaba vivo, completaba la acusación que trascendió con el pedido de medidas resolutivas de alto impacto: solicitaba el desafuero y la detención de la presidenta; del canciller Héctor Timerman; y también del piquetero Luis D’Elía, consigó el diario Clarín en su edición dominical. Fuentes judiciales le confirmaron a Clarín que esa parte desconocida hasta ahora de la denuncia del fiscal del caso AMIA fue incorporado como prueba en el expediente que investiga su muerte.

En el escrito que presentó en el juzgado de Ariel Lijo, Nisman le pidió al juez citar a declaración indagatoria a la Presidenta y al canciller, a D’Elía y lo mismo solicitó para el resto de los investigados en esta trama, como Jorge “Yussuf” Khalil, o el jefe de La Cámpora, Andrés Larroque.

La denuncia del fiscal fue difundida el jueves pasado a través de la agencia de noticias del Poder Judicial.

En ese texto no están incluidos los párrafos de lo escrito por Nisman en los papeles descubiertos mezclados entre los deshechos de su casa.

Pero hay partes que llaman la atención: la página 287 se destaca de las otras fojas no solo porque hacia el final está el pedido de indagatoria contra Cristina y Timerman, sino que la mayor parte de las oraciones redactadas por Nisman en esa carilla están tachadas con trazo negro: son 24 renglones ilegibles.

Son párrafos que corresponden a la primera parte del “Petitorio”, el apartado en el que el fiscal le enumera al juez qué medidas le pide para avanzar con la pesquisa.

Los primeros dos puntos del “Petitorio” se pueden leer completos.

Pero el “III” ya no. Empieza con la frase “Se decrete” y el resto fue tapado con tinta oscura.

El punto “IV” se inicia con un “Se proceda”, pero es inútil intentar saber cuáles son las palabras que siguen: todo negro.

El item “V” es el más extenso y también el más tachado. Arranca con el pedido de “Se practiquen” pero le siguen 12 líneas anuladas con el mismo método que las anteriores.

La medida que corresponde al número “VI” también es de lectura imposible. Apenas dice “Se proceda”. Otra vez las frases siguientes están suprimidas.

En el apartado “VIII” vuelve la normalidad: es la parte en la que Nisman le pide al juez las declaraciones indagatorias de los imputados en su denuncia.

¿La otra versión de la acusación que se encontró en el tacho de basura del fiscal era una copia de esos párrafos tachados en el documento final?

Nisman presentó su denuncia contra la Presidenta en el juzgado de Lijo, según dice el sellado oficial, a las 8:45 del 14 de enero.

¿Por qué habría entregado su escrito con casi una página tachada a mano?

¿A último momento cambió esa parte de la denuncia?

¿Por qué? Son interrogantes que aun no tienen respuesta.

En las declaraciones que hizo a los medios para explicar el contenido y el alcance de su acusación contra el Poder Ejecutivo, Nisman no hizo alusión a un pedido de desafuero y de detención contra la Presidenta y el canciller.

Pero en su casa se encontraron pruebas que indican que pensó hacerlo, tanto que lo escribió.

Esos papeles están ahora bajo custodia judicial: se incluyeron en el expediente que investiga la muerte de su autor.

En su primer acto público, la presidenta lanzó una frase desafiante: "No tengo miedo, que me citen los jueces".