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"Tolerancia cero" con el abuso de menores
El papa Francisco lo dijo en una carta difundida por el Vaticano: "No hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de menores"
5 de febrero de 2015
En una carta a los presidentes de las Conferencias Episcopales y los Superiores de los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica de todo el mundo, que el Vaticano difundió hoy, el papa Francisco llamó a todos a comprometerse para "erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores y abrir un camino de reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos".

"No hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores", reafirmó el pontífice, al pedir a los obispos y religiosos de todo el mundo que colaboren con la comisión para la tutela de menores que creó en diciembre de 2013 -formada por expertos de todo el mundo y también por víctimas-, que se reunirá en Roma este fin de semana.

Confirmando una vez más la política de "tolerancia cero" puesta en marcha por su predecesor, en su epístola Francisco recordó que puso en marcha la comisión para la tutela de menores para "ofrecer propuestas e iniciativas orientadas a mejorar las normas y los procedimientos para la protección de todos los menores y adultos vulnerables, y he llamado a formar parte de dicha Comisión a personas altamente cualificadas y notorias por sus esfuerzos en este campo".

"No hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores"

Al evocar que en julio pasado tuvo su primera reunión, cara a cara, en Santa Marta, con víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, el Papa no ocultó que fue un momento muy duro.

"Me sentí conmovido e impresionado por la intensidad de su sufrimiento y la firmeza de su fe. Esto confirmó una vez más mi convicción de que se debe continuar haciendo todo lo posible para erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores y adultos vulnerables, y abrir un camino de reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos", aseguró.

Francisco destacó que "las familias deben saber que la Iglesia no escatima esfuerzo alguno para proteger a sus hijos, y tienen el derecho de dirigirse a ella con plena confianza, porque es una casa segura".

Consciente de que en el pasado la jerarquía de la Iglesia muchas veces encubrió a sacerdotes culpables de abusos sexuales, trasladándolos a otras diócesis para proteger ante toda la imagen de la institución, Francisco en la epístola claramente indicó que esto ya no deberá ocurrir. "No se podrá dar prioridad a ningún otro tipo de consideración, de la naturaleza que sea, como, por ejemplo, el deseo de evitar el escándalo, porque no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores", indicó.

"Mi reunión con las víctimas confirmó una vez más mi convicción de que se debe continuar haciendo todo lo posible para erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores y adultos vulnerables, y abrir un camino de reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos",