La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, invitó a visitar su país a Mauricio Macri, tras su ajustada victoria que puso fin a más de 12 años de hegemonía peronista.

En una breve conversación telefónica de alrededor 5 minutos, Rousseff felicitó a Macri, quien "se mostró muy contento con la llamada" y "se comprometió a intentar conciliar las agendas para venir cuanto antes", dijo a la AFP una asesora de prensa de la presidencia brasileña.

Brasil y Argentina, las dos mayores economías sudamericanas, están asociados en la unión aduanera Mercosur -también integrada por Venezuela, Paraguay y Uruguay- y mantienen una estrecha relación que con frecuencia es motivo de disputas comerciales.

No obstante, es tradición que estos países que comparten más de 1.200 kilómetros de frontera se concedan mutuamente un sitial destacado en su política externa.

Rousseff ha reconocido públicamente su amistad con la actual mandataria argentina, Cristina Kirchner, cuyo candidato Daniel Scioli fue derrotado el domingo por Macri.

El propio Scioli viajó a Brasilia para recibir el respaldo explícito de la presidenta brasileña durante la campaña electoral y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva hizo lo propio en Buenos Aires.

Rousseff se emocionó al entregarle una distinción a la presidente saliente de Argentina durante la última cumbre del Mercosur. Ambas líderes pertenecen a fuerzas de centroizquierda y sus políticas están asociadas a corrientes de cuño populista, mientras que Macri es un exempresario que defiende prácticas económicas liberales.