Al fundamentar el procesamiento de Cristina Fernández y otros once ex funcionario, el juez federal Claudio Bonadio recurrió a una comparación entre una ruleta descompuesta de un Casino y la polémica decisión de vender millones de dólares a futuro de la ex presidenta, que dejó un quebranto de 77 mil millones de pesos al Banco Central.

"Cuando alguien juega en un casino al juego de la ruleta, juega contra la banca -el dueño del Casino- y si apuesta un pleno juega contra otros treinta y seis, tenemos entonces dos partes y el azar en esta situación de equilibrio. Pero si el cliente se da cuenta de que la ruleta está descompuesta y siempre la bola cae en el número 11 se pierde el azar y el casino perderá indefectiblemente cada vez que se tire una ronda de apuestas”, dijo Bonadio para explicar cómo se benefició a quienes compraron dólar futuro durante la gestión de Cristina.

Este es uno de los argumentos del procesamiento de la ex presidenta que tiene 147 páginas, en la cual Bonadio recordó que la ex presidenta tomó una serie de decisiones para cambiar la carta orgánica del BCRA y a los presidentes de la entidad regulatoria del mercado financiero que no estaban de acuerdo con sus políticas macroeconómicas. Puso como ejemplo la renuncia del ex presidente del BCRA Juan Carlos Fábrega.

Igual criterio usó con la Comisión Nacional de Valores, siempre según el razonamiento del juez que destapó el caso Hotesur y ahora la investiga en la causa Los Sauces.

Por eso, resaltó que la maniobra “no pudo concretarse sin contar con la decisión expresa” Kicillof y Cristina “ya que esta operación financiera carecía de toda razonabilidad económica para los fines del B.C.R.A., en su función de banca rectora de los mercados monetarios y cambiarios”.

Aunque el Banco Central, en teoría es autártico del gobierno de turno, Bonadio citó una frase de Cristina para demostrar como, en realidad, lo manejaba a través de Kicillof.

“La economía la sigo manejando yo, como hacía Néstor (Kirchner). (Axel) Kicillof es mi mejor asesor y mi mejor asistente pero las decisiones son siempre políticas en economía”.

Es más, resaltó una y otra vez la magnitud de la medida tomada para, como dijo el ex presidente del BCRA Alejandro Vanoli, evitar una devaluación. “Es impensable que una operación financiera de esta magnitud, en la cual en menos de 45 días hábiles se abrieron posiciones del BCRA de U$s 5.000 millones a U$S 17.000 millones (de dólares), que tendría claros efectos económicos y políticos en un futuro inmediato, sea desarrollada sin la aprobación expresa del más alto nivel de decisión económico y político del Poder Ejecutivo Nacional”.

Citó una ironía de Cristina en el escrito que dejó cuando fue indagada en abril en su juzgado y luego habló ante una multitud frente a los tribunales de Comodoro Py.

La ex presidenta “manifestó que la única organización a la que había pertenecido era el partido justicialista y el gobierno nacional. No era ese el sentido pretendido, pues se le describió asépticamente la modalidad que se había advertido en la hipótesis sostenida en la imputación”, en alusión a la figura de la asociación ilícita.

Pero lo concreto que “aquí se verifica: el uso por su parte de una estructura de poder que presidía en razón de su cargo, para implementar una operatoria que vulneró las arcas públicas”. Por eso consideró, Bonadio a Cristina como coautora del delito de fraude al Estado “puesto como figura central tomó la decisión de mantener el dólar oficial a un valor artificialmente bajo, mediante la operatoria de marras”.

Anticipándose a las reacciones políticas negativas que provocará el procesamiento entre el kirchnerismo. Bonadio recordó que la causa se inició por una denuncia del día 30 de octubre del 2015, por Mario Negri, presidente del bloque de Diputados de la Unión Cívica Radical y Federico Pinedo hoy presidente provisional del Senado de la Nación.