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La deuda externa subió U$S 13.500 millones durante el 2016
Lo dice un informe de la consultora Ecolatina. El Banco Central logró recomponer reservas por unos U$S 11.500 millones, la mayor recuperación desde el 2005. Lo que pasó, y lo que viene
25 de diciembre de 2016
Un reporte de la consultora Ecolatina sostiene que la deuda externa creció en U$S 13.500 millones durante el 2016 mientras que las reservas del Banco Central lograron recuperarse en unos U$S 11.500 millones, por primera vez desde el 2005

Los principales puntos del estudio de fin de año:

- Desde 2011 las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) cayeron año tras año (la excepción fue 2014, cuando se mantuvieron prácticamente sin cambios): el stock de divisas del BCRA se redujo más de la mitad en dicho período, al pasar de US$ 52.200 millones a fines de 2010, a menos de US$ 25.500 millones en 2015.

- Este año, la tendencia decreciente de las reservas internacionales se revirtió: a pocos días del cierre del año el stock se ubica en torno a US$ 37.000 millones, vs. US$ 25.500 millones a fines de 2015 (+40%), la mayor suba desde 2005. Pese a que bajo el esquema actual de tipo de cambio flexible el nivel de reservas internacionales pierde cierta importancia (la autoridad monetaria interviene en el mercado cambiario en contadas excepciones), tener más activos externos mejora el poder de fuego del BCRA cuando este decide influir en el precio del dólar oficial.

- La estabilidad alcanzada en un contexto de flotación cambiaria muestra que buena parte del exceso de demanda de divisas existente durante la vigencia del cepo desapareció. Sin embargo, cabe destacar que la acumulación de reservas responde principalmente al financiamiento externo.

· Pese a la corrección del tipo de cambio, durante 2016 la Cuenta Corriente (que registra las operaciones resultantes del comercio de bienes, servicios y rentas con el exterior) siguió siendo deficitaria: en los primeros nueve meses del año registró un rojo de US$ 10.700 millones. La “buena” noticia es que hubo una leve reducción en relación a los tres primeros trimestre de 2015, cuando el déficit había rozado los US$ 11.900 millones (el saldo negativo se recortó casi 10% i.a. en dicho período).

· Al tercer trimestre de 2016 la deuda externa total aumentó US$ 13.500 millones en relación a igual período del año pasado, llegando así a US$ 188.800 millones (+7,7% i.a.). Más aún, tal cual se desprende del flujo de divisas, este incremento fue impulsado por el endeudamiento del sector público (US$ 18.700 millones adicionales en el último año, +18% i.a), ya que el sector privado no financiero redujo 8% i.a. sus obligaciones con el exterior.

· Aunque el nivel de deuda externa continúa siendo bajo (pasó de 27% del PBI en el tercer trimestre de 2015, a 34,7% en igual período de este año), el crecimiento de este ratio será clave para determinar la futura estabilidad del frente cambiario. Más aún, teniendo en cuenta que la deuda externa pública pasó de 16% del PBI en el tercer trimestre de 2015 a 22,6% del PBI en igual período de este año, y que los ingresos del Estado están en menor medida atados a la evolución del dólar (con el riesgo de descalce que ello implica).

- Pese a que hubo déficit de Cuenta Corriente en el año, el gobierno consiguió financiarlo.

Más reservas y también más deuda externa en 2016

· Recientemente se publicaron las cifras de la Balanza de Pagos al tercer trimestre de 2016. Pese a la devaluación, la Cuenta Corriente (CC) continuó siendo deficitaria (US$ -10.700 millones en los primeros nueve meses del año).

· La “buena” noticia es que hubo una leve reducción del rojo de la CC en relación al mismo período de 2015. En los primeros nueve meses del año pasado el déficit había rozado los US$ 11.900 millones, por lo que el saldo negativo se recortó casi 10% i.a.

· El déficit de CC estuvo más que compensado por el superávit de Cuenta Capital (CK), de aproximadamente US$ 14.400 millones en el acumulado al tercer trimestre de 2016. Como resultado, tras cinco años de caída, las reservas internacionales volvieron a crecer.

· La contracara de este fenómeno fue el aumento de la deuda externa, que pasó de 27% del PBI en el tercer trimestre de 2015 a 35% en igual período de este año, el cual respondió al aumento del endeudamiento externo del sector público.

Tras cinco años de caída, las reservas volverán a crecer en 2016

Desde 2011 las reservas internacionales del Banco Central (BCRA) cayeron año tras año (la excepción fue 2014, cuando se mantuvieron prácticamente sin cambios): el stock de divisas del BCRA se redujo más de la mitad en dicho período, al pasar de US$ 52.200 millones a fines de 2010, a menos de US$ 25.600 millones cinco años más tarde.

Este fenómeno fue la contracara de la escasez de divisas producto del deterioro del saldo de dólares comerciales y financieros. En primer lugar, vale destacar que la Cuenta Corriente (CC), que registra las operaciones resultantes del comercio de bienes, servicios y rentas con el exterior, arrojó un déficit a partir de 2010 (tras mostrar superávit anual desde 2002).

Por otra parte, la Cuenta Capital (CK), que registra las operaciones que implican un cambio en los activos y pasivos de los residentes en relación al resto del mundo, tampoco logró frenar la salida neta de divisas de la economía. Si bien en los últimos tres años del gobierno anterior consiguió mantener un saldo positivo (con un aumento de la deuda con el exterior como contraparte), ello fue insuficiente para compensar el rojo proveniente de las operaciones de la CC, con la consecuente caída del stock de divisas del BCRA mencionada anteriormente.

Este año, la tendencia decreciente de las reservas internacionales se revirtió: a pocos días del cierre del año el stock se ubica en torno a US$ 37.000 millones, vs. US$ 25.500 millones a fines de 2015 (+40%), la mayor suba desde 2005. Pese a que bajo el esquema actual de tipo de cambio flexible el nivel de reservas internacionales pierde cierta importancia (la autoridad monetaria interviene en el mercado cambiario en contadas excepciones), tener más activos externos mejora el poder de fuego del BCRA cuando este decide influir en el precio del dólar oficial.

La estabilidad alcanzada en un contexto de flotación cambiaria muestra que buena parte del exceso de demanda de divisas existente durante la vigencia del cepo desapareció. Sin embargo, cabe destacar que la acumulación de reservas responde principalmente al financiamiento externo, ya que la reducción del déficit de la CC ha sido muy acotada, lo cual es relevante para la sustentabilidad en el mediano plazo. Es por ello que a continuación analizaremos en detalle la dinámica del balance de pagos de la economía argentina.

Pese a la devaluación, la Cuenta Corriente continuó siendo deficitaria

En la última semana se publicaron los datos de la Balanza de Pagos correspondientes al tercer trimestre de 2016. Si bien aún faltan los números del último cuarto del año, las cifras permiten realizar un análisis acabado acerca de cuál fue la dinámica de la Cuenta Corriente (CC) y la Cuenta Capital (CK) durante el primer año sin cepo cambiario.

Lo primero que debe mencionarse al respecto es que, pese a la corrección del tipo de cambio, durante 2016 la CC siguió siendo deficitaria: en los primeros nueve meses del año registró un rojo de US$ 10.700 millones. La “buena” noticia es que hubo una leve reducción en relación a los tres primeros trimestre de 2015, cuando el déficit había rozado los US$ 11.900 millones (el saldo negativo se recortó casi 10% i.a. en dicho período).

Al interior de la CC se observa un comportamiento dispar. Por un lado, como es sabido, durante 2016 se revirtió el déficit del intercambio de bienes con el exterior (pasó de un rojo de US$ 1.240 millones en los primeros nueves meses de 2015, a un superávit mayor a US$ 2.000 millones en el mismo período de este año), explicando la reducción del rojo de la CC.

Pero en contraposición al resultado comercial, las operaciones de servicios[1] evidenciaron un deterioro: el rojo de esta cuenta pasó de US$ 1.180 millones en los primeros nueve meses del año pasado, a US$ 3.900 millones en el acumulado al tercer trimestre de 2016. De esta manera, la ganancia conseguida del saldo comercial de bienes (US$ +3.300 millones de diferencia entre los primeros nueves meses de 2015 e igual período de este año) fue absorbida prácticamente por la pérdida del déficit de servicios (US$ -2.740 millones).

Peor aún, este resultado se dio tanto por un aumento de los pagos al exterior (+14,5% i.a.) como por la caída de las exportaciones de servicios prestados (-11% i.a.). En este sentido, la devaluación de comienzos de año fue insuficiente para revertir el déficit que la cuenta de servicios (especialmente en turismo) viene arrastrando desde 2012.

En lo que respecta al resto de los componentes de la CC, el déficit por el pago de intereses se amplió marginalmente (pasó de US$ 3.235 millones en los primeros nueve meses de 2015, a US$ 3.960 millones en dicho período de este año), mientras que las utilidades generadas por las multinacionales cayeron en moneda extranjera (alcanzaron US$ 5.040 millones en los primeros nueves meses de 2016, prácticamente US$ 1.000 millones menos respecto de dicho período del año pasado) producto de la devaluación y la recesión.

Como se desprende de la acumulación de reservas en los primeros nueve meses de 2016 (US$ 4.300 millones), el déficit de la CC estuvo más que compensado a través del ingreso neto de divisas por la CK (aproximadamente US$ 14.400 millones), lo cual implica una caída de 7,6% respecto del saldo del mismo período de 2015 (US$ +15.650 millones).

Al interior de la CK, la mayor diferencia respecto de los primeros nueve meses del 2015 es que hubo un cambio en la composición del financiamiento. En el acumulado de los tres primeros trimestre del año pasado, el sector privado junto con el BCRA (por el swap con China, fundamentalmente) explicaron prácticamente el 95% del ingreso de dólares del período (US$ +14.700 millones). Este año, el BCRA continuó siendo superavitario (US$ +3.760 millones netos), pero el sector privado arrojó un déficit por US$ 4.200 millones, por lo que el resultado responde al resto del sector público (US$ +11.000 millones netos). La modificación en la composición del financiamiento refiere al cambio en la clase de capitales que ingresaron al país. Por caso, el déficit que arrojó el sector privado obedeció en parte a la caída de más de 50% i.a. de la Inversión Extranjera Directa (se redujo a US$ 4.140 millones en el acumulado de 2016), aunque ello obedeció a la menor reinversión de utilidades (la prohibición del giro de utilidades durante el cepo ayudó a inflar este concepto).

Asimismo, dicho retroceso fue más que compensado por el avance de la inversión de cartera, es decir la financiera: el ingreso de dólares por esta vía se multiplicó por más de diez, al pasar de US$ 2.500 millones en los primeros tres cuartos de 2015, a más de US$ 31.500 millones en dicho período de 2016. Precisamente, la emisión de deuda del sector público, por US$ 26.690 millones en el acumulado a septiembre conforme a las cifras de la Balanza de Pagos (aún falta registrar la masiva colocación de octubre), explicó el aumento.

De todas formas, la diferencia en la acumulación de reservas de 2016 respecto del año pasado se explica por la performance de fin de año: en el cuarto trimestre de 2015 las reservas cayeron US$ 7.700 millones mientras que este año suben US$ 8.000 millones

Crece la deuda externa por las emisiones del sector público

Las cifras de la Balanza de Pagos dejan en claro que, más allá de una leve recomposición, la CC continúa siendo deficitaria. La contracara de ello es una necesidad creciente de financiamiento externo, lo que implica a su vez un mayor endeudamiento.

Por caso, al tercer trimestre de 2016 la deuda externa total aumentó US$ 13.500 millones en relación a igual período del año pasado, llegando así a US$ 188.800 millones (+7,7% i.a.). Más aún, tal cual se desprende del flujo de divisas, este incremento fue impulsado por el endeudamiento del sector público (US$ 18.700 millones adicionales en el último año, +18% i.a), ya que el sector privado no financiero redujo 8% i.a. sus obligaciones con el exterior. Aunque el nivel de deuda externa continúa siendo bajo (pasó de 27% del PBI en el tercer trimestre de 2015, a 34,7% en igual período de este año), el crecimiento de este ratio será clave para determinar la futura estabilidad del frente cambiario. Más aún, teniendo en cuenta que la deuda externa pública pasó de 16% del PBI en el tercer trimestre de 2015 a 22,6% del PBI en igual período de este año, y que los ingresos del Estado están menos atados a la evolución del dólar (con el riesgo de descalce que ello implica).