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19 de marzo de 2024
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Los piquetes crecieron 40% en septiembre y esperan un pico en diciembre
El 43% de los 596 que se hicieron durante ese mes fueron en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. La mayoría fueron protagonizados por estatales y organizaciones sociales
14 de octubre de 2018
Ante la impotencia del Gobierno y de los automovilistas que los padecen, los piquetes se cristalizaron como forma de protesta en la Ciudad de Buenos Aires, provocando pérdidas de tiempo cuyo impacto sobre la vida cotidiana y la productividad son muy difíciles de medir.
Septiembre fue el mes con más piquetes en lo que va del año. Se registraron 596 en todo el país, lo que representó un aumento del 18% respecto de agosto y un 40% más con relación a igual mes del 2017.

En los primeros nueve meses del año hubo 4.454 piquetes, un 20% más que en igual período de 2017 (con 3.698 cortes). Durante septiembre, la Ciudad y la provincia de Buenos Aires concentraron la mayor cantidad de cortes: el 43% del total, con 137 y 120, respectivamente. De lejos las siguieron Santa Fe (41), Neuquén (29) y Misiones (24), según un informe de la consultora Diagnóstico Político.

Desde la gran crisis de 2001, diciembre es uno de los meses más problemáticos del año y un mar de piquetes inunda la Ciudad y sus accesos.

Con relación a los protagonistas de los cortes, se ubicaron primero los trabajadores estatales, con el 24%. Los siguieron las organizaciones sociales, con el 22%; las fuerzas político-partidarias (15%); trabajadores privados (13%); vecinos (10%), y desocupados y cesanteados (9%). Una de las políticas que generan mayor conflictividad en la calle es la que el Gobierno nacional tiene como meta: el achicamiento del Estado. Meta que además debe cumplir como exigencia del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ninguno de los métodos implementados por las fuerzas de seguridad lograron frenar las protestas callejeras: durante el kirchnerismo, la política fue dejar que la gente y las organizaciones se manifestaran, sin control de las fuerzas policiales. Y si bien una de las promesas de campaña tanto del Pro como de la Coalición Cívica y Cambiemos fue controlar los piquetes, está claro que no sucedió.

Los movimientos piqueteros y sociales entienden que sólo en la calle pueden hacerse visibles y obtener beneficios para sus luchas.