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3 de mayo de 2024
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La Justicia cierra el cerco sobre Cristina Kirchner
Ahora se supo que declaró el mismo domicilio fiscal que la viuda de Daniel Muñoz, el fallecido secretario de Néstor Kirchner que amasó una fortuna
21 de octubre de 2018
Aunque en el Gobierno duden sobre la conveniencia política, la Justicia acorrala a la senadora y ex presidenta, Cristina Fernández, procesada en la causa de los “Cuadernos K” como jefa de una asociación ilícita que usó medios del Estado para apropiarse de dinero de corrupción que pagaron empresarios que fueron beneficiados con contratos estatales.

Ahora, se supo que Cristina declaró el mismo domicilio fiscal que la viuda de Daniel Muñoz, mano derecha y hombre todo terreno de Néstor Kirchner, que amasó una fortuna de al menos US$ 70 millones, producto de la corrupción kirchnerista.

El domicilio es Alcorta 76. Río Gallegos. Santa Cruz.

Es la dirección fiscal que registró ante la AFIP la ex presidenta y hoy senadora aforada, Cristina Elizabet Fernández. En la misma sede están inscriptas algunas de sus empresas, sospechadas de haber sido usadas como herramientas para recaudar o lavar dinero de la corrupción.

Pero lo que más llama la atención de la Justicia es que Alcorta 76 también es la dirección fiscal que registró una persona que ella conoce, y mucho. Se trata de Carolina Pochetti, viuda de Muñoz, el ex secretario y “sombra” de Néstor Kirchner.

El juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli pidieron la detención y el embargo de todos los bienes de Pochetti. Son muchos bienes. En la Argentina y en el exterior. Su esposo fallecido, remisero en sus inicios (igual que Oscar Centeno) conoció a los Kirchner y, tras varios años en la función pública, gozó junto a Pochetti de una fortuna abrupta que se cuenta en millones de dólares: más de 70.

El pedido de detención de Pochetti impacta en el corazón de la familia Kirchner porque su marido vivió con ella y con Néstor durante años. No es por azar que tanto Cristina Fernández como Pochetti compartan domicilio fiscal: allí funcionaron las oficinas del contador de los Kirchner, Víctor Manzanares. Él dejó de trabajar allí en el 2011.

Esos 70 millones de dólares de Muñoz y Pochetti son un ahorro de explicación compleja para quien en el 2009 se retiró de su puesto de secretario del Presidente de la Nación declarando bajo juramento que poseía un terreno de 1285 m2 en Mar del Plata; otro en El Calafate de 675 m2; ahorros por 430 mil pesos y un Ford Focus modelo 2006. Pochetti, Muñoz, y varios personajes de su entorno, acusados de ser sus testaferros, fueron denunciados en el año 2011 por la diputada del Parlasur Mariana Zuvic y por la legisladora Elisa Carrió.

Entre los señalados por las denunciantes de formar parte de un entramado empresario, que ahora se sabe era mucho más importante y permanecía oculto, estaban también el ex gobernador de Santa Cruz Daniel Peralta, casado con Stella Maris Blanco, cuñada de Pochetti.

La unión entre las dos causas desató ahora que la Justicia complique todavía más a la ex presidenta, senadora aforada por Buenos Aires, en el caso de “Cuadernos K”. Ya fue procesada por el juez Bonadio como jefa de una asociación ilícita que usó medios del Estado para cobrar dinero de corrupción pagada por empresarios beneficiados por el Gobierno con contratos estatales, tal cual lo admitieron varios de ellos en declaraciones judiciales como “arrepentidos”.

La primera esposa de Muñoz, Milena García, cuidó desde la infancia a la hija de los Kirchner, Florencia. Muñoz cambió su forma de vivir en el apogeo del poder K, cuyo eje central fue la corrupción para apropiarse de fondos del Estado con el objetivo de mantener el poder político.