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Maduro juró un nuevo mandato en Venezuela pero casi nadie lo reconoce
10 de enero de 2019
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, juró para un segundo mandato de seis años, desafiando a Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional, que amenazan con aumentar la presión contra su gobierno por considerarlo ilegítimo.

El gobierno argentino no envió representantes y, en el marco del Grupo de Lima, se niega a reconocer esa presidencia.

"Juro, a nombre del pueblo de Venezuela (...) Lo juro por mi vida", dijo Maduro, quien recibió la banda presidencial del jefe del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ, de línea oficialista), en un acto al que no asistió ningún representante de la Unión Europea (UE) ni de la mayor parte de América. Maduro fue declarado ilegítimo por la OEA, y Estados Unidos y la Unión Europea amenazaron con aumentar la presión contra su gobierno.

De 56 años, Maduro se juramentó ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ, de línea oficialista), en un acto al que no asistió ningún representante de la UE ni de la mayor parte de América, excepto un puñado de mandatarios aliados.

En la primera manifestación concreta del malestar regional, Paraguay rompió relaciones y, en sesión extraordinaria, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución que declara "ilegítimo" a Maduro.

La UE, Estados Unidos y el Grupo de Lima -13 países latinoamericanos y Canadá- desconocieron la reelección de Maduro en los comicios del pasado 20 de mayo, boicoteados por la oposición, que los consideró un fraude.

"La UE lamenta profundamente que (...) el presidente Maduro emprenda hoy un nuevo mandato sobre la base de elecciones no democráticas", indicó una declaración del bloque, que advierte con tomar "medidas" si aumenta el deterioro de la situación en Venezuela.

En su discurso de investidura, Maduro pidió "respeto" a la UE. "Unión Europea, detente, no vengas con tu viejo colonialismo, no vengas con tus viejas agresiones", exclamó el gobernante, quien elogió a los "chalecos amarillos" que desafían al gobierno francés.

Washington anunció, por su parte, que aumentará la presión sobre lo que el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, llamo el "régimen corrupto".

"Venezuela es el centro de una guerra mundial del imperialismo norteamericano y sus gobiernos satélites", dijo al defender como "legítima" su juramentación y pedir una cumbre latinoamericana para abordar la situación.

Del Grupo de Lima sólo México envió un representante a la asunción, en tanto que asistieron los presidentes de Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua y delegados de otros países aliados como China, Rusia y Turquía, a los que Caracas se ha acercado más previendo un mayor aislamiento.