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Lula dijo que Evo Morales se equivocó al buscar otro mandato
El recientemente liberado ex presidente brasileño igual consideró que el mandatario boliviano sufrió un golpe de Estado y dijo que eso es "terrible para América Latina"
23 de noviembre de 2019
América Latina está en crisis y sus líderes lo sienten.
El recién liberado ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva Lula cuestionó la decisión de Evo morales de intentar perpetuarse en el poder de Bolibia. “Mi amigo Evo cometió un error al intentar un cuarto mandato como presidente”, dijo y cuestionó el contexto en el cual se produjo la salida del poder del ex mandatario exiliado en México.

Igual, aclaró que "lo que le hicieron fue un delito. Fue un golpe; esto es terrible para América Latina".

No obstante, Lula dijo estar “entusiasmado” de ver a los líderes “inclinados hacia la izquierda” nuevamente en el ejercicio del poder en Argentina y en México, aunque reconoció estar triste por la crisis actual en Bolivia, donde Evo Morales renunció bajo presión en medio de afirmaciones de fraude eleccionario. “Mi amigo Evo cometió un error al intentar un cuarto mandato como presidente”, dijo y cuestionó el contexto en el cual se produjo la salida del poder del ex mandatario exiliado en México. “Lo que le hicieron fue un delito. Fue un golpe; esto es terrible para América Latina”, sentenció.

Lula dijo estar seguro que el PT volverá al poder, pero eludió aclarar si buscará una candidatura. En esa línea prometió liderar la oposición al presidente, Jair Bolsonaro, y advirtió que su país “está retrocediendo después de años de progreso alcanzado a través de grandes luchas”.

“Bolsonaro ya dejó claro qué quiere para Brasil: quiere destruir todas las conquistas democráticas y sociales de las últimas décadas”, le dijo a The Guardian. “¡El Partido de los Trabajadores se está preparando para volver y gobernar este país!”, afirmó, dando un golpe a la mesa.

Frente a la posibilidad de una candidatura, se limitó a señalar que “en 2022, tendré 77 años. La iglesia católica, con 2.000 años de experiencia, jubila a los obispos a los 75”.

El ex líder sindical, que nació en la pobreza extrema en las tierras semiáridas de Brasil, recorrió el camino a la sede central del PT en el centro de San Pablo, saludando a decenas de personas con apretones de manos o besos. Casi cuarenta años después de liderar las huelgas de los metalúrgicos en los suburbios industriales de San Pablo durante la dictadura militar en Brasil, la energía y la pasión de Lula por la política siguen siendo sorprendentes.

Lula asestó varios golpes al hablar de Bolsonaro, un confeso simpatizante de la dictadura militar brasileña y admirador del ex dictador chileno Augusto Pinochet en Chile, así como también de los líderes autoritarios modernos como el húngaro Viktor Orban.

El ex presidente expresó su consternación por los supuestos nexos entre Bolsonaro y el crimen organizado. Desde el asesinato de Marielle Franco el año pasado, una concejal popular de Río de Janeiro, han aparecido varias fotos del actual presidente posando con sospechosos del asesinato, que supuestamente están relacionados con las bandas paramilitares en las sombras.

“En algún momento, conversar sobre los paramilitares era algo raro… hoy, vemos al presidente rodeado de paramilitares”, afirmó.

Y no es solamente en la política nacional donde Bolsonaro está fallando, dice Lula.“Su sumisión a Trump y los EE.UU.… es realmente vergonzosa”, dijo.

“Ahora mismo, la imagen de Brasil es negativa. Tenemos un presidente que no gobierna, que se sienta a debatir noticias falsas las 24 horas del día”, afirmó. “Brasil tiene que tener un rol en el escenario internacional”.

“Nadie predijo la elección de Bolsonaro, ni siquiera él”, dijo Lula. La campaña hasta la elección de 2018, durante la cual Bolsonaro fue apuñalado por un hombre con una enfermedad mental, estuvo marcada por la polarización creciente.

“Lamento que Brasil se esté convirtiendo en un país donde el odio que se expande se transforme en parte de la vida cotidiana de la gente”, aseveró Lula.

“Soy hincha del Corinthians. Pero no me puedo pelear con un fanático del Palmeiras; tengo que aprender a convivir con él”, agregó, al usar la rivalidad entre los dos equipos de fútbol más grandes de San Pablo para ilustrar de qué manera “la gente tiene que aceptar y respetar las diferencias entre unos y otros”.

“Es un presidente que no gobierna, que debate noticias falsas las 24 horas del día”