Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
29 de marzo de 2024
Seguinos en
Confuso liderazgo de Trump sume a EEUU en un caos
En el que ya es el país con más contagios, el vacío en puestos ligados a prevenir epidemias y la pérdida de expertos conspiran para que todo empeore
8 de abril de 2020
Estados Unidos siempre buscó hacer alarde de sus organismos de inteligencia, pero el fracaso en alertar sobre la pandemia de coronavirus y la falta de liderazgo de Donald Trump para enfrentarla, puede llevar a la primera potencia mundial a una de sus catástrofes más estrepitosas.
Cuando el Covid-19 llegó a EE.UU. se encontró con una estructura administrativa diezmada y poco robusta que, de acuerdo con varias investigaciones, limó la respuesta ante la aparición del nuevo y letal patógeno, el SARS-Cov-2.

Donald Trump lo llama “el enemigo invisible” y se define como un presidente “de tiempos bélicos”, pero ésta fue una guerra que no vio venir, coinciden analistas internacionales.

Según el diario La Vanguardia, el Departamento de Seguridad Interior, creado tras el 11-S para responder a crisis de escala nacional, tiene dos decenas de altos cargos sin confirmar y lleva un año sin nadie de forma permanente al frente. La última secretaria, Kirstjen Nielsen, era demasiado tibia en temas migratorios a ojos de Trump, que la despidió en abril del 2019 y no ha propuesto al Congreso ningún sustituto. Tampoco hay un subsecretario permanente, cargo que supervisa la agencia federal de emergencias (FEMA).

En mayo del 2018, el directorio de seguridad sanitaria global creado por Barack Obama en el Consejo de Seguridad Nacional para prepararse para pandemias había sido disuelto.

La Casa Blanca asegura que sus labores fueron reasignadas pero el desmantelamiento incluyó la partida de especialistas. Un mes antes de su disolución, el entonces consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, despidió al subdirector a cargo de la respuesta a posibles epidemias, el almirante Timothy Ziemer, que no fue sustituido.

La escasa duración de los nombramientos va más allá en una Administración, caracterizada por fulminantes despidos vía Twitter (así se fue el primer canciller, Rex Tillerson o el ministro de Defensa, Jim Mattis). Según Brookings Institution, en tres años Trump relevó a más cargos que los gobiernos de Obama, Bush y Ronald Reagan juntos.

Otro cargo clave ocupado meses por interinos es el de jefe de Gabinete. Al último sustituto lo despidió en marzo. Solo un tiempo después nombró al cuarto titular.

Este era el paisaje administrativo en EE.UU. cuando, el 20 de enero, se detectó el primer caso del virus . “Lo tenemos totalmente bajo control”, dijo Trump, que poco después cerró las fronteras a China. Investigaciones de Político, Pro Publica y The New York Times constataron que el presidente ignoró las alertas de diferentes departamentos federales.

Estaba saliendo victorioso del impeachment y las primarias demócratas absorbían entonces toda su atención. Al producirse las primeras muertes, Trump puso al vicepresidente Mike Pence al frente de la estrategia sobre el virus y sumó a su yerno, Jared Kushner, desocupado tras presentar su plan de paz (“El plan del siglo”) para Oriente Próximo. Hoy EE.UU. es el país con más contagios.

“China debería habernos avisado antes”, insiste Trump. Pero, en julio último, había eliminado el puesto del oficial de enlace en el Centro de Control de Enfermedades del país asiático, el funcionario que teóricamente les habría informado de inmediato sobre el nuevo virus. Un informe de la oficina del inspector general del Departamento de Salud describe “severas carencias” de material protectivo, camas hospitalarias y tests de diagnóstico. “¿ Cómo se llama?”, “¿cuándo fue nombrado?”, inquirió Trump cuando se le preguntó por el tema. (La titular es una mujer, Christi Grimm, nombrada en enero).

El otro país que detectó su primer caso el mismo día que EE.UU. fue Corea del Sur, una nación que aprendió de la historia. Seúl controló el brote de inmediato y exhibe un panorama notable, menos de 50 nuevos casos de contagio desde su pico de finales de febrero.