Noticias actualizadas las 24 horas Información clave para decidir
18 de abril de 2024
Seguinos en
Impactante sospecha sobre quién se llevó a Madeleine McCann
A 13 años de la desaparición de la niña, los investigadores tienen nuevo sospechoso. Alguna vez llegaron a creer que la habían matado los padres
7 de junio de 2020
Por José Calero

Ya era mayo de 2007 cuando la desaparición y sospecha de muerte de una niña a quien sus padres habían dejado durmiendo sola en la habitación del hotel donde compartían unas vacaciones soñadas, impactó al mundo y motorizó decenas de investigaciones.
Se llamaba Madeleine McCann, tenía apenas tres años, y nunca apareció.

En un momento, los investigadores especularon hasta con que los padres habían matado a la niña por accidente y que, desesperados, habían hecho desaparecer su cadáver.
Se fue pasando de sospechoso en sospechoso. Hubo campañas internacionales para encontrarla. Y se iban difundiendo año a año fotos de cómo la nena habría ido creciendo.

Se filmaron varias horas de documentales. Todos prometían haber resuelto el misterio. Pura farsa.

Ahora, trece años después, una conversación con un amigo en un bar y el video de la violación de una mujer de 72 años parecen ser nuevas pistas para dirigir el foco de la investigación contra un alemán de 43 años -cuando desapareció la pequeña tenía 30- llamado Christian Brückner.

Su prontuario es terrorífico: pedófilo, violador, traficante y ladrón son algunas de las imputaciones entre sus 17 antecedentes penales.

Ahora, este preso alemán es el principal sospechoso por la desaparición de Madeleine, la nena inglesa que se esfumó de la habitación que compartía con sus padres.

Los investigadores creen que Brückner secuestró, violó y asesinó a la niña.

Brückner vivió en la región portuguesa de Algarve entre 1995 y 2007. Llegó a ese lugar como mochilero y, si bien trabajaba en la compra y venta de autos y como mozo, también se dedicaba a los hurtos, para sostener sus gastos.

En esa zona del sur del país luso está el balneario Praia da Luz, donde la familia McCann, de nacionalidad británica, había ido de vacaciones en 2007.
El 3 de mayo de ese año, Maddie fue vista por última vez. Esa noche, entre las 21:10 y las 22, sus padres Gerry y Kate cometieron un error que les cambiaría la vida para siempre: salieron a cenar y dejaron a su pequeña de 3 años junto a sus hermanos mellizos bebés Sean y Amelie en la habitación del hotel. Cuando volvieron Madeleine ya no estaba. Y nunca aparecería.


Los padres hicieron la denuncia a la Policía, que empezó a buscar a la nena. La desesperación iba en aumento con el correr de las horas ya que no había ni un solo rastro de Maddie. El caso comenzó a tomar otra dimensión y generó conmoción en Europa y el resto del mundo.
Durante 13 años sigue siendo un misterio. Hubo todo tipo de teorías: crimen, secuestro, explotación infantil y hasta accidente.
También hubo cientos de denuncias de personas en distintas partes del mundo que aseguraban haber visto a una nena igual a Maddie con otras familias.

Incluso la Policía portuguesa llegó a señalar a los padres de Maddie como sospechosos y los investigó. Nunca lograron avanzar con pista alguna.

Ahora la aparición de Brückner en el expediente genera una gran pregunta: ¿cómo es que nunca se lo mencionó antes?
El alemán está preso en la cárcel de Kiel, en su país. Sobre él pesa una condena por tenencia de drogas que data de 2011 y otra por violar a una mujer estadounidense de 72 años, en la región de Algarve en 2005, dos años antes del caso McCann.

Pero por ese hecho, la Justicia portuguesa también demoró una eternidad en llegar a él. Recién lo sentenciaron en diciembre de 2019.

El prontuario de Brückner se completa con otros 15 antecedentes. Varios por abusos sexuales contra niños, incluso cuando él era menor de edad.

Por qué este nuevo sospechoso 13 años después


Se conoció que Brückner estuvo detenido entre marzo y diciembre de 2006 en la cárcel portuguesa de Portimão, por robar combustible.También en 1999 pasó dos meses tras las rejas por "pequeños hurtos", en ese mismo país.

Eso abre ahora una nueva hipótesis para los investigadores: sostiene que Brückner, al ver que Kate y Gerry McCann salieron de su habitación para ir a cenar, ingresó con el fin de robarles sus pertenencias. En esa situación se habría encontrado con Maddie. Y se la llevó... De acuerdo con documentos de la investigación revelados por el semanario alemán "Der Spiegel", en septiembre de 2013, Brückner le escribió a un conocido por un servicio de mensajería de chat que sentía el deseo de “agarrar una cosa chiquita y abusarla por unos días”.

Cuando el amigo le advirtió del peligro, el sospechoso alemán respondió: ”Ah, no si la evidencia es exterminada después”.

La palabra exacta que usó fue “vernitchten” en alemán, la misma que usaban los nazis para la "solución final" de exterminio a judíos, gitanos, discapacitados, homosexuales y otros considerados "inferiores y malignos" por la perversidad de Adolf Hitler y sus secuaces.

Brückner abandonó Portugal en 2007, poco después de la desaparición de Maddie, pero volvió nueve años después. Entonces lo detuvieron porque tenía pedido de captura de Alemania para cumplir una pena por un delito de abuso sexual a un menor.

Cuando desapareció Madeleine, el alemán alquilaba una casa en Lagos, a diez minutos de Praia da Luz. Lo llamativo es que teniendo a un perfil como el de Brückner en la zona de la desaparición, con todos sus antecedentes, los investigadores hayan llegado a él recién en 2017.

Fue cuando el alemán estaba en un bar con su amigo portugués Diego Rivera y vieron en la televisión una nota sobre el décimo aniversario de la desaparición de Maddie. Brückner le dijo a Rivera que él conocía todo lo que había sucedido en el caso McCann. Y después le mostró el video de la violación a la jubilada estadounidense.

Entonces el amigo llamó a la Policía, pero en ese momento no había elementos suficientes para incriminarlo.
Lo que sí avanzó fue la investigación por el abuso sexual de la mujer de 72 años, que terminó de confirmarse cuando el ADN de Brückner dio positivo con un cabello levantado del lugar del hecho.

Las tres policías -alemana, británica y portuguesa- buscan ahora testigos para tratar de aclarar dónde estuvo el sospechoso el día de la desaparición de la pequeña, el 3 de mayo de 2007, entre las 21.10 y las 22.00.

Se han difundido fotos de dos vehículos Jaguar XJR 6 de color oscuro y una furgoneta VW T3 Westfalia de color claro, con la que aparentemente pudo llevarse a Maddie. Se tienen indicios, además, de que ese día realizó una llamada con un teléfono móvil portugués a una persona desconocida, cuestión asimismo objetivo de la investigación.
El material hasta ahora recogido "no es igualmente suficiente para una orden de arresto o una incriminación", dijeron las autoridades

Desde que se convirtió en el principal sospechoso por el caso McCann, salieron a la luz más casos irresueltos en los que Brückner podría estar involucrado. Uno es la desaparición de un niño en Portugal en 1996. Se trata de René Hasee, un nene alemán de seis años que desapareció de una playa en Algarve durante unas vacaciones con su familia.

René desapareció el 21 de junio de 1996 mientras estaba en la playa de Aljezur, un pueblo que está a solo 40 kilómetros de Praia da Luz. Brückner tenía 19 años en ese momento. Ahora los investigadores reabrirían el caso.

En tanto, el viernes el procurador alemán en Stendal, en el estado de Sajonia-Anhalt, estaba buscando un posible vínculo entre el caso de Inga Gehricke, una chiquita de seis años que desapareció en el bosque, durante una fiesta familiar, cinco años atrás. A pesar de más de 2.000 llamados y supuestos testigos de haberla visto, búsqueda en helicópteros y perros, jamás se supo más de ella. Por entonces Brückner vivía en su caravana, en una fábrica dilapidada, a 60 kilómetros del lugar donde Inga desapareció en Alemania.

Cuando allanaron la camioneta, los investigadores encontraron un pendrive con imágenes de abusos sexuales a niños.

Un monstruo con todas las letras que ahora podría ser acusado por uno de los misterios policiales más impactantes del siglo XXI.