La Argentina y los acreedores están más cerca de arribar a un acuerdo. Al menos eso es lo que creen quienes toman decisiones a diario en el mercado.
La razón: el Gobierno presentará una propuesta que, sumando todos sus incentivos, dejará el valor de la oferta en US$ 52 centavos por cada dólar. Casi el mismo nivel pretendido por los grandes fondos de inversión, que quieren US$ 55.

La idea que surgió del equipo de Guzmán en los últimos días es agregar una oferta que los bonistas no podrían rechazar: agregar el cupón atado a las exportaciones (para el cual se tendrá en cuenta el promedio móvil de cinco años).
Expertos que analizaron en detalle esa alternativa, concluyen que cuando se adicionan todos los elementos que entran en juego en la propuesta -bonos, intereses corridos y ese cupón atado a las exportaciones-, el valor de la oferta llegaría a los 52 dólares de valor presente neto. Casi a tiro de acuerdo.
Al llegar a ese valor, el Gobierno busca sumar adhesión a la propuesta que consiguió un magro acompañamiento con los números a fines de mayo: la adhesión no alcanzó el 20%, se descarta en el mercado. El Gobierno nunca difundió resultados aún, con la negociación todavía en marcha.

La cuenta regresiva de esta renegociación de la deuda bajo legislación extranjera, por US$ 64.800 millones, estaría llegando a su fin: la fecha límite impuesta es este 12 de junio, aunque se descuenta que se extenderá, ya sea por un nuevo pedido de prórroga o porque, una vez presentada la enmienda a la propuesta ante la SEC, deben corren 10 días como mínimo para que los bonistas definan si adhieren o no.

Este viernes por la tarde expiran los acuerdos de confidencialidad (NDA por sus siglas en inglés) que fueron firmados por todos los grupos de acreedores el martes último.

El hecho de que todos se volvieran a sentar fue tomado como un paso positivo en la negociación desde el Gobierno. No se descarta que, de continuar las negociaciones, también se extienda este pacto entre Guzmán y los bonistas.