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29 de abril de 2024
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Incidentes y gases en la marcha en Ramos Mejía por la seguridad
Se estaban manifestando por la muerte del Kiosquero Roberto Sabo, a 300 metros de una comisaría. Fuerte criticas al intendente de La Matanza. Fernando Espinoza y a Sergio Berni
8 de noviembre de 2021
Con las consignas,"Seguridad", "Queremos justicia", "Roberto presente", "Asesinos", aplausos y gritos, miles de vecinos de Ramos Mejía marcharon este lunes por el crimen de Roberto Sabo (48), el kiosquero asesinado ayer mientras atendía su "Drugstore Pato" a 300 metros de la comisaría.

Tras horas de tensión, cerca de las 20.30 hubo incidentes. Un grupo de manifestantes arrojó botellas, palos y hasta petardos contra los agentes, que respondieron con gases lacrimógenos.

Hubo tironeos por una bandera y un policía fue retirado herido.

La movilización había comenzado poco antes de las 19, desde la puerta del local hasta la comisaría 2da de Ramos Mejía. Pero al llegar a la esquina no pudieron avanzar: un vallado los detenía.

Los manifestantes tiraron el cerco al piso e intentaron avanzar. Los agentes formaron un cordón y quedaron cara a cara con los manifestantes.

Hubo empujones y momentos de tensión. Los vecinos -muchos de ellos adultos mayores- comenzaron a forcejear para pasar del otro lado.

Durante ese primer enfrentamiento, la policía arrojó gases para contener a la multitud, que se concentró en las dos esquinas alrededor de la comisaría. "Nos tiraron gas pimienta", denunció una vecina ante las cámaras de TN, con la cara irritada.

Ante la imposibilidad de avanzar, un grupo de manifestantes analizó la posibilidad de movilizarse por Chacabuco hasta Avenida de Mayo y Rivadavia, donde podrían realizar un corte. Pero finalmente la mayoría decidió quedarse rodeando la comisaría.

"Un exitoso abogado es el que sabe el precio del juez", dice uno de los cientos de carteles que copan Avenida de Mayo y Chacabuco, a metros de la comisaría 2° de Ramos Mejía, donde unas 7000 personas marcharon para exigir seguridad a las autoridades, tras el asesinato del kiosquero Roberto Sabo el último domingo.

Los vecinos, en su mayoría familias, están hastiados y angustiados "porque esta vida que tenemos es horrible, triste, indigna. Yo tengo 73 años y estoy jugado, pero no mi hija mis nietos, qué vida las espera. No me puedo morir tranquilo pensando en eso", sostiene Jorge González, que tiene un comercio de ropa y fue víctima de robos en varias oportunidades.

"Esto es político, 37 años con gobiernos peronistas y estamos cada vez peor. La Matanza avanza pero hacia la muerte", parafrasea el leitmotiv de campaña.

El clima estaba caldeado en el lugar. La indignación, la bronca y el hastío llegaron al límite tras el asesinato de Roberto Sabo. Un manifestante se descompensó en medio de la marcha y debió ser trasladado en ambulancia.

rob