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25 de abril de 2024
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Pánico británico
La Policía hizo explotar un vehículo cerca del hospital donde está internado uno de los atacantes del aeropuerto de Glasgow, un médico iraquí que trabajaba en el país
2 de julio de 2007
Uno de los dos individuos que el pasado sábado estrellaron un vehículo en llamas contra la terminal principal del aeropuerto de Glasgow (Escocia) es un médico iraquí, confirmaron fuentes policiales a la cadena Sky News.

Según esas fuentes, el presunto terrorista se llama Bilal Addulla y, a diferencia de su compañero, no sufrió quemaduras graves como consecuencia del ataque.

El sospechoso trabajaba en el Royal Alexandra Hospital en la localidad de Paisley (afueras de Glasgow), el mismo centro médico en el que está siendo atendido el otro responsable del atentado fallido contra el aeropuerto.

Según los medios británicos, también trabajó como médico otro individuo identificado como Mohamed Asha, de 26 años, que fue detenido el pasado fin de semana, junto a una mujer, en relación con los ataques frustrados en los últimos días en este país.

Siete personas permanecen hoy detenidas vinculadas con los recientes atentados terroristas fallidos en el Reino Unido, donde la alerta de seguridad se ha elevado al máximo nivel, lo que significa que un ataque puede ser inminente.

Además de las cinco personas arrestadas este fin de semana, las fuerzas de seguridad detuvieron hoy a otros dos hombres -de 28 y 25 años- por su presunta vinculación con el ataque del sábado contra el aeropuerto de Glasgow.

Según la Policía, los dos hombres, que al parecer no serían de origen escocés, fueron arrestados después de "intensas operaciones policiales anoche en el área de Paisley" (a las afueras de Glasgow).

"Esta es una rápida investigación y agradezco a la población por la perseverancia y el apoyo durante estos momentos difíciles. Pido a la población que mantenga la vigilancia", afirmó hoy el comisario de la Policía de Strathclyde, John Malcolm.

La Policía cree que hay relación entre el atentado en Glasgow con los dos coches-bomba hallados el pasado viernes en Londres, que de haber estallado, hubieran causado numerosos muertos y heridos, según Scotland Yard.

Las fuerzas policiales reforzaron las medidas de seguridad en los aeropuertos británicos, en las estaciones de tren y en el Metro de Londres.

Según informó la cadena pública británica BBC, la Policía provocó una deflagración al hallar un artefacto sospechoso cerca del centro hospitalario, si bien no se ha producido confirmación oficial de ese extremo.

La operación no ha implicado ningún riesgo para el público, pues se centró en un área alejada del edificio principal del hospital, que funciona con una casi total normalidad, según la BBC, que no divulgó más detalles.

Las fuerzas del orden ya practicaron este domingo otra explosión controlada en un vehículo aparcado en el mismo hospital, radicado en la localidad de Paisley.

En ese centro de salud está siendo tratado de sus quemaduras uno de los dos individuos que el sábado lanzaron un automóvil que se incendió al chocar contra la puerta de entrada de la terminal principal del aeropuerto de Glasgow.

Siete personas permanecen hoy detenidas en relación con los recientes atentados terroristas fallidos en el Reino Unido, donde la alerta de seguridad se ha elevado al máximo nivel, lo que significa que un ataque puede ser inminente.

Además de las cinco personas arrestadas este fin de semana, detuvieron a otros dos hombres -de 28 y 25 años- por su presunto vínculo con el ataque del sábado contra el aeropuerto de la ciudad escocesa de Glasgow.