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16 de junio de 2025
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Robledo Puch acusó que quieren matarlo por una herencia
El asesino serial más terrible de la historia argentina. preso hace 50 años hizo una curiosa denuncia sobre dos mujeres con antecedentes
4 de septiembre de 2023
Cuando tenía 20 años, hace poco más de medio siglo, cometió cuarenta robos y once asesinatos. Ahora, Carlos Eduardo Robledo Puch tiene miedo de que lo roben y lo maten.

El llamado “Angel Negro” denunció que las dos mujeres (madre e hija) que iban a visitarlo y se propusieron como garantes para que él se alojara en la casa de ellas, sólo tenían un plan: dejarlo morir y quedarse con su herencia.

Dos propiedades valuadas, apróximadamente, en 500 mil dólares.

Una de las casas está situada en Ucrania 2334, en Villa Adelina, que por sucesión había quedado en manos de su padre Víctor, un inspector de concesionarios de General Motors que murió el 31 de diciembre de 2005. Desde entonces en esa casa vivió su segunda esposa. La otra vivienda está alejada de la ciudad.

Todo esto surge de la visita que el juez de la Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Isidro, Oscar Quintana, y su secretario Bernardo Hermoda Lozano lo visitaran el 7 de junio en la Unidad Penal Número 26 de La Plata.

“Me quieren estafar y matar”, dijo el hombre que entre 1971 y 1972 mató a 11 personas por la espalda o mientras dormían. Lleva preso más de 51 años: es el hombre que más años detenido lleva en la Argentina. Eso llevó a que se anulara la garantía de la mujer que se ofrecía como alojarlo y se le negara la libertad al asesino.

Hasta ese día, Robledo confiaba ciegamente en la batalla titánica que había encabezado su abogado Jorge Alfonso, el que más le duró en los últimos 30 años y quien consiguió que ahora se esté buscando un lugar que no sea una cárcel para que Robledo pueda vivir. Una especie de centro especializado en jubilados.

Robledo tiene EPOC, tuvo una neumonía bilateral grave, tiene problemas intestinales y le cuesta ingerir alimentos. Su estado es delicado.

Después de ese encuentro, Robledo se desvinculó de su abogado.

“Estoy tranquilo, actué de buena fe. Yo no puse a esas mujeres. Me ocupé férreamente de una defensa técnica que terminó dando sus frutos”, dijo Alfonso