19 de abril de 2024
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Por Federico Baraldo
Técnica y la necesidad de comunicarla
En más de una ocasión, la técnica no alcanza. Dicho esto con el mayor respeto hacia los especialistas, pues sin sus conocimientos no existiría la investigación, ni los métodos y procedimientos que permiten solucionar y – lo que es mas importante – anticipar la aparición de los problemas
14 de septiembre de 2007
En más de una ocasión, la técnica no alcanza. Dicho esto con el mayor respeto hacia los especialistas, pues sin sus conocimientos no existiría la investigación, ni los métodos y procedimientos que permiten solucionar y – lo que es mas importante – anticipar la aparición de los problemas.
Suele ocurrir que el esfuerzo puesto en un trabajo de investigación, corre el riesgo de quedar oculto si nadie se ocupa de hacerlo conocer. Esto obliga a encarar una actividad comunicacional. Así se expresa la voluntad de compartir. Muestra el compromiso de quien comunica y abre la posibilidad de recibir la devolución – en forma de elogio, critica y hasta indiferencia – por parte del público que lo recibe.
Comprender que este proceso es parte de la rutina, ayuda a darle el marco adecuado al impacto de la comunicación en el individuo y en la sociedad. Es un proceso incorporado a la esencia del vivir, como respirar, beber o comer y se siente de esa manera.
El repaso de un día común muestra que la comunicación es un proceso continuo. La toma de conciencia al despertar es un acto de comunicación y sumergirse en el sueño abre las puertas a experiencias no concientes. El lapso que media entre ambos momentos esta poblado de actos de comunicación en compañía – es fácil entenderlo – y hasta en soledad. Para ubicarse en esta alternativa alcanza con recordar que la lectura, la escritura y el lenguaje gestual tienen alcances insospechados gracias a la proliferación de elementos técnicos a disposición de quien quiera utilizarlos y hasta de quienes preferirían mantenerse ajenos.
¿Y a mi por que me miran?
La pregunta es válida. Si quien ha tenido la paciencia de llegar a esta altura no está vinculado directa o indirectamente con el negocio de la comunicación, es muy posible que se la formule. Sin embargo, tiene mucho que ver y si quedan dudas, lo invito a observar algunos ejemplos prácticos.
Ud. es un investigador interesado, por ejemplo en temas de medio ambiente. Analiza los fenómenos propios del tema de su interés, reflexiona sobre sus orígenes y consecuencias, elabora ponencias sobre sus efectos posibles y propone cursos de acción práctica para prevenir, controlar y remediar sus efectos. Sin duda lo hace muy bien, pero de poco serviría todo su esfuerzo si no se conociera el resultado de su trabajo. Por lo tanto, la comunicación fue parte del proceso y este debe culminar con un hecho de comunicación.
Lo asiste el derecho de suponer que exagero al poner a la este fenómeno en el centro de toda actividad. Y tiene razón. Todos –en especial los comunicadores – tendemos a creer que sin nuestros conocimientos el universo explotaria. Pero, como en tantas cosas, ni tanto ni tan poco. Sin logros, no habría nada que comunicar. Pero sin comunicación, los logros languidecen en el aislamiento.
Todo el esfuerzo y la enorme inversión que requiere la investigación, el desarrollo tecnológico y los logros o innovaciones técnicas, peligran ante la ignorancia y la indiferencia. Allí aparece la comunicación para crear conciencia y, si es necesario, llamar a la responsabilidad y el compromiso..
Aunque Ud. No sea un especialista en comunicación, tiene un papel significativo dentro de ella. Quizás no había pensado en el tema, por lo que le doy la bienvenida a este campo con una advertencia: Que ni se le ocurra pedirle a un comunicador que se haga cargo de los temas que Ud maneja.
Suele ocurrir que el esfuerzo puesto en un trabajo de investigación, corre el riesgo de quedar oculto si nadie se ocupa de hacerlo conocer. Esto obliga a encarar una actividad comunicacional. Así se expresa la voluntad de compartir. Muestra el compromiso de quien comunica y abre la posibilidad de recibir la devolución – en forma de elogio, critica y hasta indiferencia – por parte del público que lo recibe.
Comprender que este proceso es parte de la rutina, ayuda a darle el marco adecuado al impacto de la comunicación en el individuo y en la sociedad. Es un proceso incorporado a la esencia del vivir, como respirar, beber o comer y se siente de esa manera.
El repaso de un día común muestra que la comunicación es un proceso continuo. La toma de conciencia al despertar es un acto de comunicación y sumergirse en el sueño abre las puertas a experiencias no concientes. El lapso que media entre ambos momentos esta poblado de actos de comunicación en compañía – es fácil entenderlo – y hasta en soledad. Para ubicarse en esta alternativa alcanza con recordar que la lectura, la escritura y el lenguaje gestual tienen alcances insospechados gracias a la proliferación de elementos técnicos a disposición de quien quiera utilizarlos y hasta de quienes preferirían mantenerse ajenos.
¿Y a mi por que me miran?
La pregunta es válida. Si quien ha tenido la paciencia de llegar a esta altura no está vinculado directa o indirectamente con el negocio de la comunicación, es muy posible que se la formule. Sin embargo, tiene mucho que ver y si quedan dudas, lo invito a observar algunos ejemplos prácticos.
Ud. es un investigador interesado, por ejemplo en temas de medio ambiente. Analiza los fenómenos propios del tema de su interés, reflexiona sobre sus orígenes y consecuencias, elabora ponencias sobre sus efectos posibles y propone cursos de acción práctica para prevenir, controlar y remediar sus efectos. Sin duda lo hace muy bien, pero de poco serviría todo su esfuerzo si no se conociera el resultado de su trabajo. Por lo tanto, la comunicación fue parte del proceso y este debe culminar con un hecho de comunicación.
Lo asiste el derecho de suponer que exagero al poner a la este fenómeno en el centro de toda actividad. Y tiene razón. Todos –en especial los comunicadores – tendemos a creer que sin nuestros conocimientos el universo explotaria. Pero, como en tantas cosas, ni tanto ni tan poco. Sin logros, no habría nada que comunicar. Pero sin comunicación, los logros languidecen en el aislamiento.
Todo el esfuerzo y la enorme inversión que requiere la investigación, el desarrollo tecnológico y los logros o innovaciones técnicas, peligran ante la ignorancia y la indiferencia. Allí aparece la comunicación para crear conciencia y, si es necesario, llamar a la responsabilidad y el compromiso..
Aunque Ud. No sea un especialista en comunicación, tiene un papel significativo dentro de ella. Quizás no había pensado en el tema, por lo que le doy la bienvenida a este campo con una advertencia: Que ni se le ocurra pedirle a un comunicador que se haga cargo de los temas que Ud maneja.