1. El ajustado triunfo de Kirchner en Chaco y su victoria en Chubut, no modifican el hecho que las elecciones provinciales no han resultado fáciles para el oficialismo. En la primera, que es la única de las seis provincias gobernadas por el radicalismo que no está con el oficialismo, se dio un sorpresivo y ajustado triunfo del candidato kirchnerista (Capitanich). Mientras que en Chubut fue reelecto el justicialista Das Neves, definidamente alineado con el presidente. De 24 distritos, 14 -que representan aproximadamente la mitad del padrón electoral nacional- ya han elegido gobernador. Los candidatos alineados con Kirchner han ganado en más de la mitad: Catamarca, Río Negro, Entre Ríos, San Juan, Tucumán, La Rioja, Chaco y Chubut. Los 2 primeros son radicales K y los 6 restantes justicialistas, aunque varios no se presentaron como Frente para la Victoria (FV). El Presidente fue derrotado en 5 distritos: Capital, Santa Fe, Tierra del Fuego, Neuquén y San Luis. En Córdoba, si bien Kirchner no fue derrotado electoralmente, lo fue políticamente, porque la denuncia de fraude le ha generado un costo político importante y por eso no puede computarse ni a favor ni en contra.

2. Las diferentes estrategias para la elección presidencial de quienes han derrotado a Kirchner, muestran la división nacional de la oposición. En Capital, el triunfador, Mauricio Macri, apoya a López Murphy para Presidente en Capital, corta boleta en la provincia de Buenos Aires apoyándolo, pero llevando un candidato a gobernador diferente (Narváez), y en el resto del país no apoya ningún candidato presidencial. En Santa Fe, Binner respalda en principio la fórmula Carrió-Giustiniani; en San Luis, el ganador (Rodríguez Sáa) apoya su propia candidatura presidencial por el peronismo disidente; en Neuquén, el triunfador (Sobisch) también sostiene su propia candidatura presidencial, y en Tierra del Fuego, la ganadora (Ríos) va con Carrió. Esta diversidad de estrategias nacionales es una buena muestra de cómo la división de la oposición es una ventaja relevante del oficialismo. Si en estos cinco distritos los ganadores apoyaran una misma alternativa presidencial, hoy podría hablarse de una elección disputada entre dos fuerzas equivalentes en el ámbito nacional.

3. De las ocho provincias que eligen gobernador el 28 de octubre, Buenos Aires y Santa Cruz son las más relevantes políticamente. La primera lo es porque constituye el 40% de los votos efectivos del país. El municipio del conurbano más poblado (La Matanza) equivale en votos para la elección presidencial a Tierra del Fuego, Santa Cruz, La Pampa, San Luis, Catamarca y La Rioja sumadas. En la provincia de Buenos Aires, el candidato oficialista (Scioli), tiene una ventaja importante, dada la división de la oposición, similar a la que existe a nivel nacional. La discusión es si hace una elección que ronde el 50%, contribuyendo a alejar cualquier riesgo de segunda vuelta para el oficialismo o si baja hacia el 40%. Algunos intendentes justicialistas del conurbano, como respuesta a la multiplicidad de listas que ha alentado el kirchnerismo, parecen dispuestos a cortar boleta a favor de Scioli, sin llevar la candidata presidencial. En Santa Cruz, por primera vez en 16 años, el kirchnerismo tiene cierto riesgo de perder dada la crisis que vive la provincia y la aparición de un candidato opositor con personalidad (Costa). Este distrito adquiere importancia política por ser el del Presidente y su señora.

4. En los distritos restantes, los comicios provinciales muestran cierta diversidad. En Jujuy, La Pampa y Formosa, serían reelectos los actuales gobernadores que son justicialistas y apoyan al presidente. En Salta, ganaría el candidato que apoya el gobernador Romero, quien está formalmente con Kirchner pero es un crítico manifiesto de sus políticas. En Mendoza, el candidato del gobernador Cobos, radical K y compañero de fórmula de Cristina Kirchner, puede perder. En Misiones, también puede ser derrotado el candidato del gobernador Rovira, que apoya al Presidente. En las dos provincias restantes (Santiago y Corrientes), gobernadas por radicales K, no se elige gobernador y ganarían la elección para diputados nacionales las listas oficialistas.

5. En conclusión:

a) Las elecciones de gobernador en Chaco y Chubut, fueron un buen cierre de los comicios provinciales para Kirchner los que pese a ello no han resultado fáciles para el Presidente.

b) Las diversas estrategias para la elección presidencial que sostienen quienes han derrotado al oficialismo, confirman la división de la oposición en el ámbito nacional.

c) En las ocho provincias que restan por elegir gobernador, la ventaja que obtenga Scioli en Buenos Aires y el resultado de Santa Cruz, serán los hechos políticos más relevantes.

d) En las seis restantes, el oficialismo gana claramente en la mitad, siendo confusa la situación en las otras tres.