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25 de abril de 2024
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Por Manuel Solanet
Duhalde: alguien espera a la vuelta de la esquina
El ex presidente Eduardo Duhalde ha emergido de su silencio y, por lo visto, con apetito de poder. Ha mostrado una manifiesta oposición a Nestor Kirchner y a su candidata
18 de septiembre de 2007
El ex presidente Eduardo Duhalde ha emergido de su silencio y, por lo visto, con apetito de poder. Han sido muchas sus declaraciones y todas ellas con un común denominador: la exposición intenta ser programática y hace referencia a un agrupamiento al que denomina Movimiento Productivo Argentino. Ha mostrado además una manifiesta oposición a Nestor Kirchner y a su candidata.

Los analistas políticos que presumen de informados, sostienen la teoría de que el ex presidente esperaría un fuerte y seguro deterioro de una eventual gestión presidencial de la Sra. Fernández de Kirchner, para en el momento oportuno reeditar su avance sobre el poder. Como quien espera a la vuelta de la esquina que su enemigo se debilite, para dejarlo caer y tomarle la posta.

En esta teoría, desmentida por el involucrado, habría aires de venganza. Es el mismo sentimiento que exponen muchos opositores que prefieren que Cristina triunfe en las elecciones “para que le explote la bomba en la mano”.

Discrepamos con esta peligrosa preferencia. Siempre son mejores los mecanismos electorales de cambio y, además, la continuidad e incapacidad de este gobierno para manejar la crisis le haría daño al país y no sólo a sus responsables. Por otro lado no debe olvidarse que Duhalde es el autor del Kirchner presidente.

Fue quien lo digitó y le prestó los votos. El rencor hacia su sucesor tiene probablemente más que ver con la deslealtad y el desplazamiento del poder y con los ataques personales sufridos por él y su esposa. Dudamos que la enemistad de Duhalde con Kirchner lo sea por temas de gestión económica o institucional, ni tampoco por una elevada sensibilización frente al montonerismo en el poder y la reivindicación kirchnerista del terrorismo setentista. Muy pocos peronistas ex duhaldistas han manifestado públicamente este tipo de sensibilidad cuando se volcaron hacia el amparo oficial. Se trata en definitiva de una cuestión de poder.

Lo deseable es que la ciudadanía vote en octubre por quienes presenten alternativas válidas para el país y puedan enfrentar las dificultades que se ciernen, mediante una gestión idónea, apoyada en nuestra realidad nacional y en las ideas y valores vigentes en los países exitosos. De triunfar la candidata oficial, desearíamos que dé un giro de 180 grados en las cuestiones institucionales y que aprenda cómo funciona el mundo y cómo debe gestionarse la economía y una sociedad moderna. Tal vez sea un deseo utópico a la vista de la fuerte ideología y de los rencores que parecen ser carne en la pareja gobernante. Pero el futuro dirá. Lo que queremos señalar es que Duhalde no tiene tampoco el libreto adecuado. Su productivismo esquemático es una mera apelación voluntarista, que no respeta reglas mínimas de racionalidad económica ni sociológica.

Es casi un retorno de más de doscientos años a la fisiocracia y al mercantilismo, que consideraban que sólo la producción física de bienes tenía valor y todo lo demás lo restaba. Es una visión emparentada con un proteccionismo industrialista que sólo hace alguna concesión a lo regional y que pone su bandera en un tipo de cambio alto, postulación que no se encuentra como instrumento en ningún programa de gobierno de ningún país desarrollado.

La situación de nuestra economía y del mundo ya no da para repetir lo que se hizo en los primeros meses de 2002. La capacidad ociosa entonces disponible en la industria y en la infraestructura ya se agotó y hay desabastecimiento energético. El desempleo ha bajado y la inflación está nuevamente entre nosotros. La situación fiscal se ha debilitado pese a los altísimos derechos de exportación. No hay crédito externo, no hay confianza y no hay inversión suficiente. No hay espacio para una nueva devaluación como instrumento de reactivación o de recaudación fiscal.

El llamado “modelo productivo” con represión de la inflación, ya rindió en cuanto a reactivación pero ahora expone su debilidad por las severas distorsiones del sistema de precios y la imposibilidad de contenerlos. El Dr. Duhalde debe revisar completamente sus propuestas e ideas o dar paso a una renovación conceptual imprescindible en su partido.

La Argentina debe madurar políticamente y constituir una masa crítica de líderes de alto nivel en los partidos mayoritarios. Estamos frente a difíciles desafíos ante los cuales debemos fijarnos la meta de reconciliarnos internamente y lograr en democracia gobiernos serios y confiables que nos hagan entrar en el mundo al que aspiramos.

Manuel A. Solanet