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24 de abril de 2024
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Por Rodolfo Rossi
Efectos de la manipulación del Índice de Precios
Es interesante observar que en el “manipuleo de los índices” el Gobierno Nacional se ha autoimpuesto que la inflación oficial “no debería superar el crecimiento del PIB a precios constantes (8,2%)” para evitar que la relación entre stock de la deuda pública nacional y el nivel del PIB no aumente del 64% registrado en el año 2006
12 de noviembre de 2007
El saldo bruto de la deuda pública nacional alcanzaba al 31/12/06 a US$ 136.725 millones, con un alza cercana a US$ 8.100 millones durante el año. En la composición por moneda, los pasivos denominados en pesos eran el 46,90%, en dólares 40,70%, en euros 10,20% y en otras monedas el 2,20% del total.

Con este perfil de endeudamiento la actual debilidad del dólar no es procedente para “licuar” el endeudamiento externo argentino. Por el contrario el 59,30% del pasivo externo nacional se está revaluando.

A su vez dentro del 46,90% de la deuda en pesos, el equivalente a US$ 31.779 millones está indexada al CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia), índice similar al actual IPC (Índice de Precios al Consumidor).

Es de estimar que en el año 2007 con una posible variación anual en el IPC del 8,2%, el ajuste de la deuda externa sea equivalente a US$ 3.563 millones. De haberse sincerado a nivel de ajuste inflacionario real, el mayor pasivo público externo nacional, solamente por ese concepto, superaría en el año 2007 los US$ 8.690 millones.

Es interesante observar que en el “manipuleo de los índices” el Gobierno Nacional se ha autoimpuesto que la inflación oficial “no debería superar el crecimiento del PIB a precios constantes (8,2%)” para evitar que la relación entre stock de la deuda pública nacional y el nivel del PIB no aumente del 64% registrado en el año 2006.

Parecería que con el manipuleo de los índices, es Estado argentino se estaría ahorrando el verdadero ajuste de capital (más de US$ 5.000 millones en el 2007, pero posiblemente ello será juzgado en sentencia de instancia nacionales e internacionales atento el reclamo de los acreedores.

Mientras tanto, lo real y predominante es que el valor actual de cotización de los bonos argentinos (canje reestructuración deuda – PAR), tiene una paridad del 29,62% muy similar a la que el mercado asigna a los BONOS que nuestro país mantiene impagos (US$ 23.381 millones) y excluido del endeudamiento registrado.

Por axioma económico al bajar el valor de cotización del título su repercusión inmediata es la suba de la tasa de rendimiento (tasa de interés) que tiene su efecto en todas las tasas de interés doméstica y en el riesgo Argentino incrementado.
Bajo estas condiciones es ciertamente ingenuo evaluar o prever una reducción de la tasa de interés doméstica, verdaderamente necesaria para incrementar las inversiones productivas y reducir los costos nacionales.

En cuanto al aumento de las retenciones a las exportaciones agrícolas (trigo, maíz, poroto, harina y aceite de soja, semilla, harina y aceite de girasol) efectuada el 08 de noviembre pasado -lo cual se descontaba, no obstante la “sorpresa” de la dirigencia agropecuaria- es una muestra adicional del dirigismo económico existente. Los altos precios agropecuarios internacionales vigentes el mercado nacional los habría absorbido con la reevaluación nacional del peso, evitándose el intervencionismo estatal de las retenciones y subvenciones.