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23 de abril de 2024
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Por Rodolfo Rossi
La descapitalización argentina
5 de mayo de 2009
En el 2007, en el segundo semestre, se acumularon US$ 8.860 millones del Sector Privado no Financiero en el exterior, asimilable a éxodo de capitales, o huida del dinero nacional.

En el 2008, el BCRA registró una adicional acumulación de US$ 23.098 millones. En el primer trimestre del corriente año, la formación de activos del sector privado financiero fue (cifras oficiales) de US$ 5.684 millones. La estimación del éxodo de capitales por el 2009, alcanzaría probablemente, a US$ 17.500 millones, llegando, aproximadamente a los US$ 50.000 millones, en un periodo de 30 meses, hacia fines de este año.

El financiamiento de semejante calamidad económica- financiero en el citado periodo, elimina todo el superávit de la cuenta corriente cambiaria; revierte el monto de las Inversiones Extranjeras recibido; incrementa los préstamos de Organismos Internacionales (FMI, BID, BIS, BM); absorbe todos los ahorros y financiaciones Intrasector Público realizadas (BCRA; Anses; AFIP, BNA; etc.) y afectará, inexorablemente, las Reservas Internacionales del BCRA, con una reducción de sus Letras y Notas emitidas.

El Sector Público Nacional, que probablemente, todavía tenga este año superávit primario, no tendrá superávit financiero (como ya se informó en Marzo último) y también, coadyuvará a la caída de las reservas internacionales, por el pago de los compromisos asumidos.

Ya es notable, la avidez del Gobierno Nacional (y también de la Provincias) para la obtención de Caja, que se muestra a través del mayor endeudamiento, tanto interno como externo, para financiar, paradójicamente, la huida de capitales argentinos hacia el exterior.

¿Pero, cómo incide todo este proceso, causado fundamentalmente, por la desconfianza que inspira la moneda nacional, que en definitiva, es la representación institucional del presente y futuro económico del país?

El éxodo de capitales hacia el exterior, ocasiona la disminución del ahorro y de capitalización de la economía. Lógicamente, se reducirá el Producto Bruto Nacional. Nos empobreceremos.

Ya estamos siendo protagonistas de esta decadencia.

Los sectores agropecuarios exigen, al menos, mantener su participación en el producto bruto nacional, oportunamente logrado. Los productores industriales y de servicios, que sostienen con toda razón, que solo una creciente capitalización, permite aumentar la eficiencia del trabajo nacional, también claman, con vigor, por su participación cada vez más resentida. La fuerza organizada de los trabajadores, revindica, con fundamento, su tajada dentro del producto nacional, que razonablemente debería crecer con ahorro, inversión y confianza. El Sector Público, necesita, al menos, un mínimo nivel de superávit, para el cumplimiento de los compromisos de pago asumidos.


Cuando todo el mundo en el país quiere, no ya un mayor bienestar, sino una cierta seguridad patrimonial y el mantenimiento, por lo menos, de su porción en el producto bruto nacional, que debería ser consolidado con el ahorro y la inversión, en donde se genera, y que ahora, se está perdiendo por la huida de capitales al exterior, nos encontramos con la típica situación de crisis y lo que es peor, con un futuro incierto. Lógicamente, esta situación no se solucionará con mayores regulaciones a la adquisición de divisas.

En tanto, nuestro país, seguirá generando riqueza, seguramente, cada vez más deteriorada, que otros países utilizarán y aprovecharán, hasta que la Argentina recupere la confianza, por ahora, bastante lesionada.

Las cifras, al respecto, son elocuentes.