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Por Federico Baraldo
Prensa: influencias y condiciona- mientos
31 de marzo de 2010
La prensa influencia a la opinión pública. La opinión pública no es una masa confusa e indiscriminada. Los individuos eligen las noticias que necesitan o le gustan. Los medios de comunicación se despliegan en un abanico cada vez más amplio y colorido. La información en estado puro está teñida por intereses. Los intereses se reflejan en la publicidad. La publicidad tiende a una amalgama con la información, etc, etc.

Demasiadas opciones para el pobre mortal que con inocencia consume lo que le entregan los medios. Innumerables receptores para múltiples voces. Hacer un relevamiento de las reacciones personales es quimérico. Se acude entonces al muestreo estadístico, del que se extrapolan las tendencias que prevalecen en la masa social.

Trabajo tan apasionante como incierto. El delta de incertidumbre suele ser reducido, pero en más de una ocasión ha demostrado su falibilidad. Esta condición aparece muy marcada en la encuestas preelectorales. Hay varios casos testigo - algunos muy resonantes - que mostraron festejos transformados en lágrimas al conocerse el quiebre de la tendencia dada como segura. Ocurre también a diario en el mundo de las empresas, pero nadie se atreve - con motivo - a desprenderse de las herramientas de medición.

Lo interesante para el lego en estas materias, es enterarse de que los medios también utilizan estos métodos. La competencia para crecer o simplemente mantenerse es tan exigente como la guerra entre las gaseosas. Por supuesto, las diferencias son enormes entre los productos y sus públicos, pero los medios gráficos - en particular - son concientes que su rol de tribuna de opinión pertenece a una etapa superada.

El consumidor de noticias no posee conductas estandarizadas. En términos generales, un lector de diarios privilegia a la información, sobre todo la editorializada, por sobre la publicidad. Busca ratificar sus puntos de vista o que le brinden argumentos. No ocurre lo mismo con el de medios audiovisuales, en particular la TV. El porcentaje más elevado de la teleaudiencia necesita entretenimiento. Hasta la noticia debe tener ese carácter. Poca reflexión y mucho brillo.

No es un juicio peyorativo. El medio gráfico - salvo en internet . carece de la posibilidad de inmediatez, detalle y expresión que tienen en primer término la TV y en menor medida la radio. Estas carecen, a su vez, del rigor analítico del medio gráfico. A cada cual lo suyo y a cada grupo de público la mejor opción.

Ahondando algo más en las tendencias que exploran los medios, aparecen en el horizonte algunas semi certezas. La reducción del papel camina al ritmo del crecimiento exponencial de la comunicación interpersonal. La antena de televisión abierta será un recuerdo en pocos años, a la par que el desagradable entrecruzamiento de cables aéreos en las zonas urbanas, más temprano que tarde será reemplazado por la transmisión de las señales junto con la telefonía fija.

Eso y mucho más, pero por ahora. El futuro inmediato muestra la fenomenal penetración del celular con funciones cada vez más amplias, junto a la popularización de las grandes pantallas de TV y la próxima transmisión digital. Más aún, paso a paso, en la misma pantalla se podrán leer los diarios tal como los vemos hoy en el papel o en el monitor de la computadora, previa suscripción, por supuesto.

Con una velocidad impensada se derrumban las barreras culturales y la comunicación se expande hacia todos los rumbos. Pero, atención. ¿Va hacia todos los rumbos? Buen tema para la reflexión. Una vez más, no abundan las certezas. Más bien se apunta a la confusión.

Concientes de la imposibilidad de conformar , o lo que es peor, de influir a la mayoría, las campañas adquieren masividad creciente. La política en el gobierno acude a las transmisiones en cadena. Las empresas al golpe mediático o la sectorización minuciosa. Todos tienen su punto de razón, pero.....lo repetitivo cansa, la interrupción del programa favorito fastidia y lo que no entretiene aburre.

No nos encontramos en el umbral de una revolución en el universo de las comunicaciones. Somos involuntarios soldados que peleamos batallas en busca de la opinión personal perdida o aceptamos sin chistar los condicionamientos, sin conocer ni interesarnos por su origen.

Esto es así hoy. Mañana,.. seguramente se agregarán otros ingredientes.