26 de abril de 2024
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Por Rodolfo Rossi
Beneficios de la eliminación del impuesto al Cheque
1 de abril de 2010
Simultáneamente, la tasa del 0,60 % aplicada en nuestro país, resulta extravagantemente alta, dado que realmente, la alícuota general del impuesto se duplica, ascendiendo 1,2 %, de considerarse a cada movimiento de fondos en forma íntegra (crédito más débito).
La recaudación diaria promedio del tributo, durante al año 2009, alcanzó a $ 84 millones, representando, aproximadamente el 1,8 % del PIB. Tal exacción determina un importante costo para la empresa promedio, que cursa todos sus movimientos de fondos operativos por medio del sistema financiero.
Simultáneamente, el mayor manejo de efectivo, para la elución de este injusto impuesto, reduce el plazo promedio del pasivo de los Bancos (depósitos), con el efecto de la reducción del crédito a largo plazo, por el descalce respectivo.
El impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios ha coadyuvado a desincentivar la “bancarización”, o sea el acercamiento del sistema financiero a la población. Una mayor bancarización, significa incrementar los niveles de los medios de pago, de los depósitos y los créditos bancarios, lo que es fundamental, para mejorar incluso, la eficiencia de la política monetaria, implicando menores costos operativos para las empresas y fomentando el crecimiento general.
Es de hacer notar, que el total de los depósitos privados en el sistema financiero sobre el PIB, en el último año, alcanzó a menos del 17 % del PIB, en tanto, que los créditos apenas superaron el 12 % del PIB, manteniéndose en estos bajísimos niveles, en sus comparaciones históricas e internacional, en los últimos años. Esta debilidad del sistema financiero nacional, también se refleja en el relativo bajo número de cuentas de depósitos a la vista, por habitante, realidad que está aun más exteriorizada, en el nivel provincial, en su relación a la Ciudad de Buenos Aires.
La eliminación del Impuesto a los Débitos y Créditos en Cuentas Bancarias (IDCCB), promoverá al uso del sistema financiero como mayor proveedor de medios de pago, reducirá los costos operativos y permitirá el crecimiento de los depósitos y de los créditos y con ello la mejor monetización de la economía nacional.
Estos indudables efectos positivos generarán, incluso una mejor expectativa y predisposición a la inversión, que compensará con creses la reducción nominal de la presión impositiva, que su eliminación determinará. Esperemos, que el buen concepto económico de nuestra diligencia política, prime para su próxima eliminación.