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Por Federico Baraldo
Comunicación y Tecnología: de la Gaceta a Twitter
26 de mayo de 2010
¿Cómo darle dimensión a doscientos años de vida? Para un ser viviente son una utopía. En el libro de la historia, menos que una página y para una nación, significan apenas algo más que haber alcanzado la adolescencia.

Estos y otros puntos de vista son válidos. No es el caso tratarlos ahora, pues lo que nos ocupa es el descomunal cambio que dos siglos trajeron al mundo de las comunicaciones.

Inmersos en el entusiasmo de la celebración patria, podemos acceder a reproducciones facsimilares de "La Gazeta de Buenos-Ayres", creada y dirigida por el muy joven Mariano Moreno. Su estilo directo e incisivo no dejaba lugar para las dudas. ¿A quien se dirigía y a quien llegaba? Pues a la muy reducida élite de habitantes de la aldea de Buenos Aires que estaban alfabetizados.

En realidad, alcanzó también a grupos comparables radicados en Montevideo y algunas de las ciudades distribuidas por el todavía virreinato del Río de la Plata. Claro está, estos centros poblados la recibían entre los 10 y 30 días posteriores a su edición en la sede de la Junta, lo que permite entender el por qué de las demoras en decisiones que resultaban vitales para que los revolucionarios mantuvieran el control.

Los padres fundadores de la Patria carecían de medios de comunicación rápidos y efectivos. Los caminos eran pésimos y peligrosos y no existía otra manera de acercarse con mayor rapidez a las poblaciones alejadas de las rutas navieras.

Este panorama explica muchos acontecimientos de la historia. Sirve también para reflexionar sobre las revoluciones acaecidas en estos escasos doscientos años.

La visión puede enfocarse en principio sobre la vinculación geográfica. Los entre cuatro y siete días que un chasque necesitaba para llegar a Córdoba -alrededor de 800 kilómetros de la metrópolis virreinal- se redujeron en principio a 10 u 11 horas de tren y posteriormente a un tiempo similar en automotor por rutas asfaltadas o a una hora escasa de avión.

El desarrollo ferroviario fue acompañado por el tendido de las líneas de telégrafo, que hicieron posible la comunicación "on line" en los albores del siglo XX. Vale la pena pensar en el impacto que habrá ocasionado a los habitantes separados por cientos de kilómetros, el conectarse de inmediato.

Por cierto, este instrumento tenía algunas imperfecciones que fueron superadas por la instalación de los teléfonos. Falibles y no del todo confiables en su inicio, estos maravillosos medios de comunicación han permitido - tecnología mediante - que el individuo porte hoy un sistema de mínimo peso y tamaño que lo conecta con el mundo.

Estos elementos forman parte - informática mediante - de un universo que abarca la totalidad de las comunicaciones disponibles. Celulares o sistemas similares permiten emitir y recibir mensajes de todo tipo. Una de las incógnitas pasa por saber evaluar cuanta información puede digerir un individuo normal, que debe además trabajar, dormir, pasear y hacer vida social.

Aún no hay respuestas sólidas para esa inquietud. Las redes sociales - el medio más joven del menú - llegan a todo aquel que desee utilizarlas. A diferencia de 1810, la alfabetización - con sus defectos - alcanza a casi toda la población heredera del viejo virreinato. Esta misma población accede directa o indirectamente a Internet, Facebook o Twitter, en detrimento de los diarios en papel comparables a la Gaceta de Moreno. No hay que preocuparse, pues las modernas Gacetas han subido a las redes y están a disposición de quien quiera consultarlas.

Se trata de la democratización de los sistemas de comunicación. Mariano Moreno escribía para élites ilustradas. Twitter llega a quien quiera utilizarla con una inmediatez insospechada hace muy escaso tiempo. Más aún, permite que los políticos diriman sus diferencias y que el ciudadano común les diga lo que se le ocurra.

¿Como sigue esta historia? Muy probablemente con una segmentación de públicos sensiblemente más acentuada. La masificación seguirá de la mano de los medios masivos como la TV y la radio. El uso de las redes permite otros juegos. Habrá que tener especial cuidado en seleccionar los contenidos que circulan sin control aparente por el aire cibernético.

¿Cómo hubiera evolucionado la gesta de Mayo en un escenario como el de hoy? No es conveniente especular, pero se puede suponer con relativo grado de acierto que hubiera resultado mucho más complicado manejarla para los que tuvieron el coraje de lanzarse a formar la Patria.