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Por Rodolfo Rossi
Basamento de la continuidad del ciclo económico
9 de abril de 2007
La economía argentina está mostrando señales de desequilibrio propios del alejamiento de los canones de la economía de mercado.

Los firmes niveles de inflación real e insinuada, los evidentes problemas en las finanzas provinciales, los retrasos de inversión en las áreas de energía, las rezagadas tarifas de los servicios públicos residenciales, la inexistencia de crédito de largo plazo para inversiones son algunas facetas de eventuales problemas macroeconómicos y sociales que no encuentran solución en las políticas regulatorias implementadas.

Sin embargo, en el informe de la semana pasada, exponiendo los primeros lineamientos económicos esperables para el año 2008, observamos con cierto optimismo la evolución de nuestro país. En esta instancia se expone el basamento de la continuidad del favorable ciclo económico señalado.

EE.UU. incrementó la superficie sembrada con maíz en la presente campaña al récord de 36.6 millones de hectáreas por el proyecto simultáneo maíz = alimento/energía.

Asumiendo el rendimiento promedio de los tres últimos años la producción probable de maíz en EE.UU. alcanzaría a 314 millones de toneladas (aumento 46 millones sobre la producida en campaña 2006).

Considerando el aumento proyectado en el consumo de maíz para etanol de 27 millones de toneladas (de 54 millones en 2006 a 81 millones de toneladas en 2007) se estima que EE.UU. tendrá que reducir sus exportaciones de maíz en no menos de 8 millones de toneladas (alcanzaría a 49 millones de toneladas) para poder mantener sus stocks finales en el mismo nivel que en la campaña 2006. A priori el precio del “commodity” se presenta firme con interesantes resultados económicos para los países productores.

Por su parte en soja EE.UU. disminuyó su siembre en un 10% con relación a la campaña 2006 (total 27 millones de hectáreas) el volumen de producción probable sería de 76 millones de toneladas (el menor del último quinquenio y bastante por debajo de los 87 millones de toneladas de la campaña 2006-2007).

Para mantener en el mismo nivel sus existencias finales las exportaciones de soja americana debería reducirse en aproximadamente en 9 millones de toneladas.

Brasil, por su parte, no estaría en condiciones de compensar la caída de las exportaciones americanas. De ello resultaría el probable impacto alcista que estos números tendrían en el corto y mediano plazo de este commodity de excelente producción y exportación en la Argentina.

Estos factores primarios actuarían como un revulsivo de la dinámica económica nacional.

En el 2006 el saldo de cuenta corriente del Balance de Pagos argentino fue positivo en dólares 8.053 millones (ahorro líquido en divisas). En el primer trimestre del 2007 las reservas líquidas del BCRA crecieron en dólares 4.962 millones (el saldo de cuenta corriente del Balance de Pagos habría alcanzado a dólares 2.333 millones, el resto fue comprado por el BCRA para mantener a $/US$ 3,10 el tipo de cambio).

Es previsible que con los altos precios de los commodities agrícolas y minerales vigentes, el ahorro líquido del país supere los dólares 9.100 millones en 2007 con la existencia de una sólida posición en reservas que llegarían a dólares 49.000 millones.

En estas circunstancias es de prever que el valor doméstico del dólar permanecería flotante pero sin mayores oscilaciones en relación al valor actual (devaluación del 2/2,5% en el año) teniendo en consideración el buen rendimiento de los activos nacionales. (Como ejemplo, en Brasil el real se está revaluando en su relación al dólar con un nuevo valor récord en seis años).

No cabe duda que el modelo económico argentino está favorecido por los excelentes precios internacionales de los commodities, que se mantendrían.

No obstante ello, la propia dinámica económica debería de hacer girar el proyecto del gobierno con la reducción paulatina del tipo de cambio real y mayor competencia interna con mayores importaciones para atenuar la molesta inflación existente.