26 de abril de 2024
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Por Iván Damianovich
La figura de Bergoglio en el año electoral
2 de julio de 2007
Ambas realidades colocaron al primado de la Argentina en un relevante lugar frente al año electoral.
La revista cristiana española 21rs afirma en su última edición que durante la V Conferencia del CELAM primó el consenso, el diálogo y la comunión en un giro que la Iglesia mostró hacia el centro y que atribuye, en gran medida, al propio purpurado argentino.
La lectura hace referencia también a que, de esa forma, la Iglesia latinoamericana logró impedir que los sectores más conservadores impusieran un giro a la derecha.
El fuerte crecimiento de imagen que Bergoglio cosechó en los últimos meses en el exterior redundó, a la vez, en un gravitante papel dentro de la política nacional.
Así, mientras desde el Gobierno procuran neutralizar las acciones del purpurado, cada vez más referentes de la oposición encuentran en la persona del cardenal un interlocutor y guía espiritual.
Elisa Carrió, Ricardo López Murphy, Mauricio Macri, Gabriela Micheti o Jorge Telerman han acudido a su despacho del segundo piso de la Curia porteña para intercambiar ideas y escuchar la voz del arzobispo.
Según trascendió en los últimos días, Bergoglio está dispuesto a apuntalar teológica y filosóficamente a aquellos dirigentes que se exhiban capaces de demostrar un sentido republicano y no patoteril que presume en el Gobierno nacional.
Más aún, el último fin de semana en Mar del Plata, el arzobispo, reacio a las cámaras, se dejó fotografiar con el líder camionero y aliado del presidente Kirchner, el titular de la CGT Hugo Moyano.
En ese encuentro, risas y mate de por medio, Bergoglio convocó a la dirigencia –política y sindical- para anteponer la lucha a la queja, un vehículo que, según el prelado, conducirá al pasaje de habitantes a ciudadanos que requiere la Nación.