1. Las tres derrotas sufridas por el oficialismo en junio (Nequén, Capital y Tierra del Fuego), han tenido un profundo impacto en la situación política. Los dieciséis años del matrimonio Kirchner, a partir de un mandato del actual Presidente, otro de su esposa y luego otros dos del primero, hoy parecen algo lejano y la cuestión pasa a ser la gobernabilidad del próximo mandato, para el que pese a todo, sigue siendo probable el triunfo del oficialismo. Para la oposición, el objetivo ahora pasa a ser que el oficialismo obtenga un voto menos del 40%, con lo cual siempre hay segunda vuelta, cualquiera sea la diferencia en puntos sobre el segundo. Esta es la única alternativa a través de la cual la oposición puede unificarse de hecho. Es que quien salga segundo y compita en el balotaje, unificará de hecho el voto opositor. Si hoy se votara, ganaría Kirchner o su Señora, pero en los cuatro meses que restan hasta la elección, muchas cosas pueden cambiar y para ello basta mirar como ha cambiado la situación política en los últimos cuatro meses, es decir desde el 1 de marzo. Si el Presidente hubiera adelantado la elección presidencial a marzo o abril, como lo analizó hasta el mes de noviembre, seguramente hubiera sido reelecto con el 60% de los votos, como lo fue Lula en Brasil, Chávez en Venezuela y Uribe en Colombia. En caso de haber sido la candidata su esposa, obtenía aproximadamente el 52% de los votos. Ya la semana antes de la elección de Capital, dichos porcentajes habían descendido 6 puntos en cada caso en los sondeos del oficialismo.

2. La definición de la fórmula presidencial, es el hecho político a través del cual Kirchner buscará recuperar la iniciativa política. La fecha final para presentar las alianzas partidarias para la elección del 28 de octubre es el 28 de agosto y las fórmulas deben ser presentadas diez días después, es decir el 8 de setiembre. Hasta esa fecha, hay tiempo para postergar la definición. Después de la elección de Capital, primero desde el oficialismo se hizo trascender que la decisión sobre la fórmula presidencial se trasladaba hacia fines de agosto y después se dijo lo contrario, dando la fecha del 19 de julio, para la oficialización de la candidatura de Cristina Kirchner. En las cuatro encuestas que contrata el oficialismo, la Senadora promediaba hace dos semanas una intención de voto del 46%, suficiente para ganar en la primera vuelta. Pero no cabe duda que en la nueva situación política, con su candidatura hay más riesgo de que el oficialismo caiga a un voto menos del 40% que es el escenario que hoy busca la oposición. Por esta razón, la alternativa de lanzar un candidato presidencial por el peronismo anti-kirchnerista, aunque logre 5 o 6%, puede jugar un rol importante para restarle votos a la fórmula oficialista y permitir así que se llegue a la segunda vuelta. En cuanto a la eventual candidatura presidencial de Daniel Scioli, más allá de las intrigas y maniobras que la pueden haber motivado, no se concretará mientras Kirchner mantenga el apoyo a su candidatura para la Gobernación, para la cual todavía no se han resuelto las impugnaciones judiciales. Solo si no es candidato en Buenos Aires, el Vicepresidente podría terminar siendo candidato presidencial de un sector de la oposición. Se trata de la eventual candidatura más peligrosa para el matrimonio Kirchner, porque reúne un caudal importante del voto justicialista y a la vez es aceptada por la oposición. Para el caso que Scioli sea Gobernador de Buenos Aires, Kirchner quiere asegurarse un incondicional como podría ser Carlos Kunkel, para que lo secunde como Vicegobernador.

3. Macri ha dado sus primeros pasos después del triunfo, con habilidad política y objetivos claros. Sabe que sin controlar la policía el 10 de diciembre cuando asuma, no tiene posibilidades de éxito. Cualquier protesta que generen sus medidas,- como la de terminar con el personal contratado por razones políticas,- se le puede convertir en un conflicto político inmanejable en las calles, si él no tiene bajo su control la fuerza policial. Si bien la reunión con Kirchner fue cordial, no queda claro si el Presidente va a colaborar genuinamente con la figura, que junto con Scioli, pueden ser los adversarios más importantes para evitar la continuidad del matrimonio Kirchner en 2011. En cuanto a la oposición, Macri ha eludido definirse en apoyo de ningún candidato, pese a los reclamos de López Murphy, pero paralelamente ha tratado de evitar perder el rol de primer referente de la oposición, afirmando que es posible ganarle al oficialismo y diciendo que debe haber diálogo entre los diferentes sectores de la oposición. Pero el problema central de Macri es la elección de legisladores nacionales del 28 octubre, que se eligen el mismo día que el Presidente. La Capital renueva ese día los tres senadores y doce diputados nacionales y esta elección Macri no la puede eludir. Si no apoya ninguna fórmula presidencial, el PRO tendría que lograr un corte de boleta cercano al 40% para poder ganar, lo que es muy difícil de lograr, aún en el electorado porteño. Pero también es difícil alcanzar dicho porcentaje, si el candidato presidencial que apoya obtiene menos del 20% en el distrito.

4. Las elecciones provinciales que quedan por delante y la de Santa Cruz, aparecen como nuevos problemas políticos para el Presidente. En San Luis, será reelecto Rodríguez Saa y a último momento el candidato kirchnerista (Pérsico), renunció a presentarse. En La Rioja, Carlos Menem formalizó su presentación como candidato a la gobernación, en un panorama incierto, en el cual Kirchner puede terminar apoyando al actual Gobernador, que lo enfrentaba hasta hace un par de meses. En Chaco,- único gobernador radical que no es K,- ganaría el radicalismo opositor, volviendo Ángel Rozas al poder. En Santa Fe, el socialista Binner se impondría al candidato kirchnerista y en Córdoba, ganaría el justicialista Schiaretti, quien está formalmente con Kirchner, pero no realmente. Las reelecciones de Das Neves en Chubut y Alperovich en Tucumán, serían en cambio triunfos claros del oficialismo nacional. Estas siete elecciones se realizan antes del 8 de setiembre, fecha limite para la presentación de la fórmula presidencial. Pero es la elección de Santa Cruz, que se realiza junto con la presidencial, la que preocupa especialmente al Presidente, quien el 9 de julio va a cumplir cuatro meses sin pisar la capital provincial. La denuncia del Gobernador Acevedo, confirma que se ha perdido el temor a Kirchner en términos políticos. El triunfo del ARI en Tierra del Fuego, por razones de proximidad, tiene más influencia en Santa Cruz que el del PRO en Capital. La posibilidad de un frente opositor que reúna a la UCR, el PJ disidente,- que ya tiene seis diputados en la legislatura provincial,- y el ARI, parece avanzar, frente a lo cual Alicia Kirchner presenta reticencias con su candidatura y el oficialismo piensa en el actual Gobernador (Peralta), como alternativa.

5. En conclusión:

a) Las tres derrotas del oficialismo en junio (Neuquén, Capital y Tierra del Fuego), han tenido un profundo impacto en la situación política, en contra del oficialismo.

b) Kirchner intentará recuperar la iniciativa política, con la definición de la fórmula presidencial en las próximas semanas.

c) Macri por su parte ha comenzado a moverse con habilidad, pero teniendo en claro que sin la policía bajo su control el 10 de diciembre, le será muy difícil gobernar.

d) Las elecciones provinciales que tienen lugar en los próximos dos meses, presentan más problemas que soluciones para Kirchner, pero es la difícil situación política de Santa Cruz, la que tiene especial prioridad.