19 de abril de 2024
Seguinos en
Últimas noticias
Por el diputado nacional Alfredo Atanasof (PJ)
El fin de la lista sábana
Defiende su proyecto para modificar el sistema de elección de legisladores. Asegura que contribuirá a devolver legitimidad social a la política. La iniciativa permitirá a los electores designar directamente el orden de las listas partidarias.
2 de septiembre de 2004
Devolver legitimidad social al sistema político implica atender esa demanda mediante el reconocimiento del ensanchamiento de la brecha entre los gobernantes y la ciudadanía.
El sistema de elección de Diputados Nacionales vigente en nuestro país es el denominado de lista bloqueada y cerrada, popularmente conocido como “lista sábana”.
Este sistema ha sido blanco de numerosas críticas que se basan en el escaso margen que otorga al elector en la selección de las personas que ocuparán las bancas de Diputados Nacionales.
El rol del ciudadano aparece así limitado a optar entre las nóminas inmodificables de candidatos que propone cada partido político.
Por este motivo, hemos presentado un proyecto que recoge esta demanda de mayor representatividad, otorgando a la ciudadanía mayores facultades en la designación de sus representantes.
Básicamente, el proyecto propone la eliminación de la “lista sábana”, permitiendo a los electores designar directamente el orden de las listas partidarias para la elección de Diputados Nacionales.
El sistema propuesto es el utilizado por Brasil para las elecciones de cargos legislativos.
Dicho sistema permite al elector decidir sobre las posibilidades de los candidatos propuestos por los partidos políticos a ocupar una banca parlamentaria.
Concretamente, se establece el derecho para el elector de votar, no sólo por una lista partidaria, sino también a un candidato específico de la lista seleccionada.
En primer término se realizará el escrutinio contabilizando los votos recibidos por cada lista partidaria, procedimiento mediante el cual se determina la cantidad de bancas o cargos que le corresponde a cada lista partidaria.
A continuación, se contabilizan los votos individuales de preferencia obtenidos por cada candidato dentro de las listas partidarias.
Los candidatos de las listas se ordenarán entonces según la cantidad de votos individuales de preferencia obtenidos por cada uno, asignándose posteriormente las bancas correspondientes a cada lista según este reordenamiento.
De este modo queda en manos del elector la decisión última de quiénes serán los candidatos que finalmente accedan a una banca, permitiendo rechazar con su voto a aquellos que no cuenten con su aprobación.