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26 de abril de 2024
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Por Rosendo Fraga
El cierre de listas confirmó una oposición desarticulada
El discurso de Cristina Kirchner en IDEA confirmó que el pacto social será el eje de su gestión, lo que implica un enfoque gradualista, que se pondrá a prueba con la negociación salarial
11 de septiembre de 2007
1. El cierre de las listas confirmó la desarticulación de la oposición. El oficialismo aparece como un bloque unificado, detrás de la fórmula Kirchner-Cobos. La apoyan 21 de los gobernadores (las excepciones son los de Capital, Neuquén y Chaco). De los 136 intendentes de la provincia de Buenos Aires, casi 100 van con la boleta presidencial del oficialismo y en el Gran Buenos Aires lo hacen todos. La coalición de los Kirchner es así la de los jefes territoriales, tanto a nivel provincial como municipal. En cambio, la oposición muestra una división sin precedentes. El segundo lugar, en principio, está en disputa entre la fórmula Lavagna-Morales y Carrió-Giustiniani. La primera fórmula es una confluencia de justicialistas y radicales y la segunda, una de centro izquierda entre el ARI y el Partido Socialista. El peronismo disidente presenta la fórmula Rodríguez Saa-Maya, integrada por dos justicialistas y la izquierda se presenta fraccionada en media docena de candidaturas. El centro-derecha también lo hace muy dividido. La fórmula López Murphy-Bullrich representa una línea liberal, mientras que Sobisch-Asis, es una expresión más populista. Mauricio Macri, el referente más importante de esta corriente, carece de estrategia nacional. No apoya a ninguno de sus dos ex aliados. Sólo en la Capital su lista de candidatos a legisladores nacionales va con la candidatura presidencial de López Murphy, mientras que en la provincia de Buenos Aires, no lleva fórmula presidencial y compite con éste último.

2. Las fórmulas presentadas también confirman la desarticulación del sistema tradicional de partidos. Hay tres candidatos presidenciales de origen peronista: Cristina Kirchner, Roberto Lavagna y Alberto Rodríguez Saa. Los dos primeros, llevan radicales como candidatos a vice (Cobos y Morales). La denominación clásica de UCR y PJ en la mayoría de los distritos aparece confundida en diversos frentes. Esta desarticulación del bipartidismo tradicional no ha dado lugar a nuevas corrientes políticas, dado que ni el centro-izquierda ni el centro-derecha han logrado aprovechar la crisis del peronismo y el radicalismo. Es así como la elección del 2007 puede ser la bisagra hacia una nueva organización de la política, que podría plasmarse en la elección presidencial de 2011. Pero la situación es muy volátil. Macri ganó por 22 puntos la segunda vuelta en Capital, pero probablemente perderá la elección de legisladores, dado que sus votantes ahora se dividirán entre Carrió, Lavagna y López Murphy. Binner ganó por 10 puntos la elección de gobernador en Santa Fe, pero seguramente Cristina Kirchner ganará la elección presidencial en la provincia, aunque Carrió lleve a un socialista como candidato a vice.

3. La crisis que se ha desatado con la elección de Córdoba se ha transformado en un conflicto político nacional. Mientras no se haga el recuento voto por voto, no exigido por la ley pero que puede hacerse si las partes en conflicto lo acuerdan, el conflicto no se resolverá y la gestión de Schiaretti será legal, pero cuestionada en su legitimidad. Ello hará que cualquier candidato opositor, ya sea a nivel provincial o municipal, que pierda por pocos puntos el 28 de octubre, denunciará irregularidades tomando como antecedente lo sucedido en Córdoba. En el caso poco probable de que el oficialismo obtuviera el 40% de los votos, la oposición exigirá un pormenorizado recuento. En el clima de desconfianza que han generado en los últimos meses las denuncias de corrupción, el fraude aparece como algo posible para amplios sectores de la opinión pública. También el conflicto cordobés ha expuesto la pugna dentro del gobierno entre el Ministro de Planificación e Infraestructura (De Vido) y el Jefe de Gabinete (Alberto Fernández). La cuestión es que esta diferencia, en alguna medida, implica un entre el Presidente -apoyando al primero- y su esposa –a favor del segundo.

4. En el discurso en IDEA, Cristina Kirchner confirmó por tercera vez que el pacto social será el eje de su gestión de gobierno. Ya lo había hecho en julio en su discurso en el lanzamiento en La Plata, y en agosto al hablar en la reunión del Council de las Americas. El pacto, en palabras de la candidata oficialista, es el acuerdo tripartito entre el gobierno, los sindicatos y los empresarios. La CGT es el interlocutor sindical, y la UIA y la Cámara de Comercio son los empresarios en principio. Temas como el aumento salarial, la lucha antiinflacionaria y los aumentos de tarifas, surgirán de este acuerdo tripartito. Ello confirma que el futuro gobierno tiene un enfoque gradualista para enfrentar los problemas y en consecuencia Kirchner no adoptará después de la elección medidas que tengan costo político, para aliviar la gestión de su esposa. A la vez, ella tampoco inaugurará su gestión con medidas enérgicas, sino que se irán adoptando en los primeros meses de 2008, en el marco de los acuerdos tripartitos. En alguna medida, esta estrategia permite al gobierno compartir el costo de las medidas con los sindicatos y el empresariado. La gran prueba del pacto social tendrá lugar rápidamente en el primer trimestre del año próximo, con la negociación salarial, que el titular de la CGT (Moyano) anticipó públicamente que tendrá un piso de 30%. Ello explica porque desde el oficialismo, parece alentarse a los sectores que dentro de la CGT (Barrionuevo y los Gordos), buscan el desplazamiento del dirigente camionero de la secretaria general de la central obrera.

5. En conclusión:

a) El cierre de las listas confirmó la desarticulación de la oposición frente al aglutinamiento del oficialismo.

b) También la virtual desaparición del bipartidismo radical-peronista que ha dominado la política argentina durante seis décadas.

c) El conflicto cordobés no se cerrará sin un recuento voto por voto y crea un clima conflictivo para la elección presidencial del 28 de octubre.

d) El discurso de Cristina Kirchner en IDEA confirmó que el pacto social será el eje de su gestión, lo que implica un enfoque gradualista, que se pondrá a prueba con la negociación salarial.
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